—¡Entrega la plata rápidamente, o los degüello a todos!
La voz del líder era ronca y áspera, con un matiz de impaciencia que claramente lo señalaba como un personaje despiadado.
Tan Zhenghong era intransigente:
—Si no liberas primero al Tío Tie, definitivamente no te entregaré la plata.
Temía que una vez que entregara la plata, esos hombres romperían su palabra de todas formas. Si él fuera el único involucrado, no sería un gran problema, y ni siquiera necesitaría entregar la plata.
—¡Maldita sea, corta el rollo! ¿Qué calificaciones tienes para negociar conmigo cuando estás en mis manos?
¿Cómo podría Tan Zhenghong, un hombre de hierro y sangre, ser asustado por un par de palabras?
La negativa a liberar primero a Tie Niu solo lo convenció más de que estos hombres no lo dejarían ir sin daño.
En cuanto a si le faltaría un brazo o una pierna, eso dependía de las intenciones del comprador.
Soutenez vos auteurs et traducteurs préférés dans webnovel.com