Lonemoon sacó un talismán dhármico, realizó un hechizo y lo colocó sobre la mano de Shen Ying. Inmediatamente, esa luz roja se metió en el talismán. ―Devuélvanlo a la montaña, limpien el Qi funesto allí con Qi Espiritual y solo envíenlo al Samsara ―al decir esto, estaba a punto de guardar el talismán, pero luego lo pensó mejor, y su mano giró para echarlo en el bolso de almacenaje de Shen Ying. Su Qi inmortal era demasiado grueso, tenía miedo de romper el alma remanente si no tenía cuidado. Todavía es más seguro dejarlo con Shen Ying.
―… Sí, Maestro ―asintió Jian Xing. Miró a Shen Ying y no dijo nada más.
Pero la tierra de repente comenzó a temblar. Sin el Qi Fantasma, la montaña comenzó a desestabilizarse.
―Esto se va a derrumbar. Salgamos, rápido ―les recordó Lonemoon.
― ¡Espere! ―Jian Xing se dio vuelta y dijo―: ¡Todavía queda Champiñón! ―señaló a un lado.
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