Después de un largo rato, Su Wan sonrió levemente, pero había una cierta amargura en esa sonrisa. Bajó la cabeza. —Gracias, Jing Chen. Sin importar qué, aún tengo que disculparme. No diré nada más sobre ti y Bai Lian.
Jing Chen movió su mano. —Esto es sobre el Abuelo. No tiene nada que ver con Bai Lian. Hice esto por el Abuelo, o quizás por ti. No tiene nada que ver con Bai Lian.
Después de escuchar esto, Su Wan sólo sonrió y no dijo nada. Después de decirlo, sintió como si todo su cuerpo y alma hubieran sido reconfortados.
Con calma, dijo, —Siempre cuidaré al Abuelo. Si te sientes incómodo quedándote en la antigua mansión, puedes regresar. Estoy bien aquí por mí misma.
Su Wan sabía que Jing Chen no quería quedarse aquí permanentemente. Estaba muy lejos de la compañía y era inconveniente manejar muchas cosas desde aquí. Las cosas que Jing Chen necesitaba tampoco estaban aquí.
Su Wan sentía que estaba causándole problemas a Jing Chen.
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