Si tan solo Chu Xiaomeng hubiera salido solo, tal vez nadie lo habría notado.
Pero cuando los cuatro pequeños salieron en todo su esplendor, todos los vieron.
Chu Yanshen se levantó, preparándose para acercarse y preguntar qué estaban haciendo, cuando de repente una voz llegó a su oído —Hermano Shen, el asunto que me pediste investigar, he encontrado algo.
Chu Yanshen frunció el ceño, inclinando la cabeza para ver a Fang Panxia, con una ferocidad desesperada en su rostro.
Ella miró a Chu Yanshen, hablando en un tono que solo ambos podrían escuchar —Me pediste que fuera al lugar de Dugu Xiao e investigara quién desarrolló la toxina nerviosa número 5, lo he descubierto.
Los ojos de Chu Yanshen estaban heladamente fríos.
No habló, pero Fang Panxia se acercó a su lado y se sentó en el sofá.
Fang Panxia miró al frente, con los ojos rojos, y soltó una risa —Sé que ahora no creerás nada de lo que diga, pero aún así tengo que decírtelo.
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