Qi Genghis miró a su alrededor en el salón donde Viejo Ke la había dejado. Mientras observaba los retratos antiguos y los muebles clásicos que de alguna manera no desentonaban con el ambientación moderna de la casa, Qi Genghis no pudo evitar suspirar que esto era lo que significaba ser rico. Incluso el florero sin valor que estaba junto al gabinete antiguo de madera era más costoso que cualquier cosa que ella haya llevado puesto alguna vez.
Incluso su moderno bolso que le había costado la escandalosa suma de quinientos mil yuanes parecía haber perdido su brillo cuando lo comparó con el pequeño florero.
Observó cuidadosamente el vestíbulo de la casa que parecía más un gran palacio francés que una casa y sintió como si hubiese tropezado con una realidad alternativa, si tenía éxito en su plan, entonces todo en esta casa le pertenecería.
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