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Capitulo 1

¡Me Convertí En El Jefe Final Dentro Del Juego De Fantasía!—

Volumen 1: "El bosque de la dificultad alta"

Prólogo: Capitulo 1: "El Nuevo Orden Ha Comenzado"

En un inmenso pasillo ancho y alto de color marrón oscuro con decorados blancos y dorados, un individuo camina sobre una larga alfombra negra que parece extenderse hasta el final del camino. A medida que avanza, en las paredes de ambos lados hay piedras celestes que se iluminan a su paso.

Esta persona no parece alguien normal, al contrario, se nota de inmediato que es una guerrera. No solo por su impresionante y elegante armadura medieval, sino también por su hermosa espada larga. Además, se puede apreciar que es una mujer debido al diseño más ajustado de su armadura en comparación a las masculinas.

Casi todo su cuerpo está cubierto por esa armadura gris oscuro, excepto la zona de su rostro y cabeza, donde no lleva placas de metal. En su lugar, sus ojos están cubiertos por una tela blanca y su cabeza lleva un velo oscuro que llega hasta la mitad de su espalda. Su largo cabello gris cae hacia atrás y a los lados, pero su cabeza apenas se vislumbra debido al velo.

La guerrera continúa caminando de manera imponente y tranquila por el pasillo durante uno o dos minutos más. Al llegar a su destino, se encuentra con dos gigantescas puertas adornadas con dibujos de dragones, humanos y seres alados luchando.

La mujer de armadura extiende su brazo y toca la puerta con la palma de su mano. En ese momento, dos pequeñas esferas negras, similares a una bruma, aparecen y giran alrededor de la guerrera varias veces.

"¡Puedes pasar, humana!" dicen las dos esferas oscuras entre sonrisas macabras y un tono de voz retorcido. Luego de decir esto, los dos entes desaparecen y la puerta finalmente se abre.

A medida que se abre, se escucha un ruido inusual debido al inmenso peso de las puertas. La mujer no muestra emoción alguna; sus expresiones siempre son serias sin importar las circunstancias.

La guerrera mira hacia el interior de la habitación, pero la sala está completamente oscura, sin visibilidad. A pesar de la falta de luz, nota rastros de sangre en la entrada de la habitación, que se extienden hacia el interior y desaparecen en la oscuridad.

La mujer suspira y avanza sin problemas por la sangre. Al poner un pie en la sala oscura, las mismas piedras que había en el pasillo iluminan tenue el camino frente a ella.

La habitación cuenta con pilares gigantes, cada uno con una fuente de luz, así como estandartes con fondos negros y símbolos escritos en rojo y dorado. Los pilares se extienden hacia arriba, indicando la altura del techo, que está a varios metros de distancia.

A pesar de la sangre, todo parece normal y majestuoso en la sala. Sin embargo, cuando las piedras celestes terminan de iluminar la sala, la guerrera ve a una mujer arrodillada y rezando. Lo inquietante no es la mujer en sí, sino los rastros de sangre que conducen a ella desde varios puntos de la sala.

La guerrera, imperturbable, camina hacia la mujer arrodillada. A medida que se acerca, percibe un perfume ambientador que intenta enmascarar el fuerte olor a sangre de los cuerpos ocultos detrás de los pilares, donde la tenue luz de las piedras apenas llega.

La guerrera sabe lo que la rodea, pero no muestra emoción. Luego de caminar unos metros, se detiene justo detrás de la mujer arrodillada y, en su inexpresiva voz, se arrodilla también. "¿Su majestad reina santa, a qué debo tu llamado?"

La mujer vestida de negro con adornos dorados mantiene su postura de rezo y le responde: "Me alegra que hayas acudido a mi llamado tan rápido." Expresa la reina con voz serena mientras se levanta del suelo. Luego, se acerca a la guerrera.

Era imposible ver su rostro debido a que el velo negro con dorado cubría desde arriba de la boca hacia aun mas arriba. Era un poco diferente al velo que llevaba la soldada. Mientras se acercaba, la santa hacia ella, fue capaz de ver cómo las túnicas negras de la mujer estaban llenas de sangre, la cual parecía haber caído desde su boca hacia abajo.

"He convocado tu presencia para que pongas en movimiento a las tropas", dijo la santa. "He hablado con el dios oscuro tras disfrutar de un festín y me ha dicho que el mundo desde este día va a cambiar por completo".

La mujer se pone detrás de la guerrera y cruza sus brazos por encima de los hombros. Luego se acerca a su oído y le dice en voz baja, "No me lo explicó muy bien, pero me dijo que tengas las tropas preparadas por cualquier conmoción". Abre sus labios llenos de sangre y pone su lengua sobre la oreja de la mujer guerrera.

Luego de este momento un tanto incómodo, la santa se pone delante de la soldada y le dice, "Ah, tan seria como siempre. Nunca te dejas llevar por nada. Por eso eres mi general", decía en un tono tierno y hasta burlesco mientras sonreía con su boca llena de sangre. "Dejando de lado la broma, necesito que prepares todo el ejército. Si el dios dijo que todo cambiará a partir de hoy, seguro algo ocurre, mi querida sirvienta.

Mmm, además debemos tener cuidado en nuestras fronteras. Está la gran posibilidad de que nos ataquen desde varios lados. Tenlo en cuenta también", dijo la santa en un tono un poco serio.

La guerrera estaba de acuerdo con todas esas palabras y no dudaba en acatar las órdenes de su señora, pero le entró confusión en el momento que escuchó que algo podría ocurrir en las siguientes horas. Se podría decir que se sentía bastante preocupada, ya que la mayoría de las veces la santa acertaba en sus predicciones, aunque también hubo algunas en las que lo que predecía no ocurría. Siempre estaba la opción de que ocurriera, así que iba a acatar las órdenes sin dudarlo.

"¡Como usted diga, su majestad!" dijo con su típica voz seria. No obstante, cuando estaba a punto de levantarse, de repente ve frente a sus ojos como la santa se tambalea y se desmaya ante su mirada. Esto la deja perpleja, pero reacciona tan rápido que su cuerpo desaparece de donde estaba arrodillada y aparece en el lugar donde la Santa estaba punto de caer.

La mujer con armadura la agarra entre sus brazos y con una expresión preocupada le hace una observación rápida. Durante este vistazo lleno de inquietud logra ver cómo la santa respiraba de forma extraña.

"¡¿Qué está ocurriendo?!" grita desconcertada. Algo bastante malo estaba ocurriendo y los pensamientos de la guerrera se llenaron de dudas. No sabía muy bien si lo que estaba sucediendo se debía a un ataque o a algo natural, pero de un segundo a otro algo apareció rápidamente entre su mirada y la lanzó contra uno de los pilares. El golpe había sido muy duro y la guerrera sentía con gran dolor las consecuencias del golpe, pero a pesar de la fuerza con la que había sido lanzada, su armadura seguía igual que antes del golpe, demostrando su resistencia.

Cuando levantó su mirada, empezó a ver borroso lo que tenía en frente y tardó varios segundos en recuperar su visión. En el segundo en que observó el lugar donde había dejado caer el cuerpo de su señora, se llevó una inmensa sorpresa: la santa se encontraba en medio de la sala y flotando. No solo eso era extraño, sino que a la santa le había crecido un ala con plumas rojas en el lado izquierdo.

La guerrera apenas vio eso, intentó acercarse a su señora, pero por alguna extraña razón, ella empezó a atacarla. Nunca se esperó algo como eso y el hecho de que la estuviera atacando significaba que no era consciente de sus propias acciones.

Inmensas esferas oscuras aparecieron en los alrededores de la santa, y segundos después salieron disparadas en dirección a donde estaba la guerrera. Luego de eso, el cuerpo de la santa dejó de flotar y comenzó su caída al suelo; no obstante, la guerrera sacó su arma y se lanzó a correr en dirección a su santa. La primera esfera que se acercó a gran velocidad la esquivó pasando por encima gracias a un salto. La segunda esfera venía muy pegada a la primera, así que no tuvo muchas opciones y optó por la única viable y segura, es decir, usó su espada y cortó esa esfera llena de maná a la mitad. Las siguientes cuatro esferas las esquivó haciendo movimientos extraordinarios con su cuerpo, hasta parecía que no fuera humana por cómo se movían sus extremidades y cuerpo en general. La guerrera había logrado todo eso a gran velocidad y en cuestión de segundos nuevamente tenía en sus brazos a su señora.

A continuación, lo primero que hizo fue intentar despertarla de forma gentil y tranquila. Seguido, el ala de plumas rojas que iba hasta lo más arriba del techo de la gran habitación se empezó a encoger poco a poco hasta volver a meterse dentro de la santa. La inmensa preocupación de la soldada poco a poco comenzó a desaparecer. Todo parecía haberse terminado, sin embargo...

Mientras seguía intentando despertarla de forma amable y tranquila, sus oídos escucharon algo que le causó curiosidad. Un pequeño ruido se hizo oír, pero repentinamente ese leve sonido se volvió completamente fuerte y la aturdió durante varios segundos. En ese preciso momento, soltó varios gritos de dolor la guerrera, ya que el ruido era tan pesado que sus oídos no lo soportaban por nada en el mundo. Segundos después, el dolor se calmó y la tranquilidad volvió.

"¿Qué está ocurriendo?" "¿A esto se habrá referido mi señora cuando dijo que iban a suceder cosas?" Se preguntaba mientras miraba a la santa, que se encontraba en sus brazos. Seguido, otro pequeño ruido empezó a tomar fuerza. Como hacía un rato el sonido era leve y luego aumentó, solo que la diferencia estaba en el contenido. El grito de un montón de personas se oyó por todos lados, y esto tomó por total sorpresa a la guerrera, que al no creerse lo que acontecía, recostó el cuerpo de su señora en el suelo y se dirigió al gigante balcón que tenía la habitación, esto para averiguar lo que estaba ocurriendo fuera.

Al salir, la guerrera se quedó perpleja por el extraño color del cielo. El cielo celeste se había tornado en un rojo sangre, y en medio parecía haber un agujero negro y pequeño en comparación a todo el cielo, pero que en realidad era inmenso a los ojos humanos. Acompañado del cielo rojo, los gritos no se detenían. La general de la Santa se dirigió apresurada hacia la punta del balcón y, con los ojos vendados por esa tela, observó la colosal ciudad que yacía abajo.

El balcón estaba muy lejos del suelo, por lo tanto se dificultaba ver desde arriba lo que sucedía abajo, así que la guerrera usó una habilidad o magia que le permitió aumentar el zoom en sus ojos y de esa manera poder ver la ciudad de mejor forma. Gracias a sus ojos era capaz de ver cómo individuos extraños y con vestimentas raras aparecían así sin más en toda la ciudad. Todo sucedía en un simple parpadeo. Individuos aparecían por todos lados como si hubieran sido transportados con magia espacial desde algún lugar a este. A ella era difícil hacerla poner un rostro de sorpresa, pero ahora tenía uno, ya que no entendía nada de lo que estaba sucediendo en el cielo y mucho menos abajo en la ciudad.

"Parece que ha comenzado," oyó la soldada desde atrás suyo. Cuando dirige su mirada hacia el lugar de donde provenía esa voz, se encuentra con nada más y menos que con la Santa. "El mundo ha empezado su etapa de cambio. Desde ahora en adelante, el mundo que conocíamos ya no existe... ¡EL NUEVO MUNDO COMIENZA AHORA!" Grita la santa mientras su sonrisa se empieza a retorcer de una forma maniática. "¡AHORA, NOSOTROS DEBEMOS SONREÍR Y DISFRUTAR DE LO QUE VIENE! ¡SI QUEREMOS SOBREVIVIR, DEBEMOS LUCHAR! ¡EL NUEVO MUNDO NOS ESPERA!" Tras esos extraños gritos con una sonrisa totalmente loca, gira su cabeza en dirección a la guerrera y dice, "¡Prepara el ejército, la hora ha llegado! No te preocupes por mí, yo sola puedo defenderme."

La guerrera asintió a sus palabras sin dudarlo y, como si no fuera nada peligroso, se lanzó desde el balcón con total tranquilidad. Mientras caía al suelo, logró escuchar otro extraño ruido; no era un simple sonido o grito de personas, sino que sonaba como si el cielo se rompiera. El extraño sonido le llamó la atención, y en el momento en que observó el lugar del que provenía ese ruido, vio algo que hizo que su boca se abriera de lo impactada que estaba.

En el cielo y a un montón de metros de altura, se había abierto algo similar a un portal extraño. No obstante, eso no era nada; ese ruido se volvió a escuchar muchas más veces, y, como ya se imaginaba, otros círculos que parecían portales aparecieron por encima de la ciudad. Apenas llegó al suelo, se quedó atónita mirando hacia el cielo; no podía creer lo que veía.

-CONTINUARA-