Los ojos de Lu Heting se oscurecieron mientras leía todos los comentarios. Luego enfocó su atención en Lin Yu. El hombre era ciertamente joven y guapo. Pero no parecía en absoluto el novio de Su Bei. Esos fanáticos deben estar ciegos.
Cuando Lu Weijian vino a entregar algunos documentos, vio el ceño fruncido y la mirada pensativa en la cara de Lu Heting. Pensó para sí mismo, «Esto no es bueno. Es mejor que huya antes de que él me encuentre».
—¡Lu Weijian! —Lu Heting lo llamó.
No tuvo más remedio que detenerse en su camino. Se volteó con cautela. —¿Sí, hermano? ¿Qué pasó?
—Acabas de aparecer en la puerta de mi oficina. ¿Y ahora me estás preguntando qué sucede? —dijo Lu Heting, agudamente.
Lu Weijian tuvo que morder la bala y le entregó los documentos. —Hermano, aquí están los documentos que necesitan tu firma.
«No pierdas tu temperamento, por favor», agregó interiormente.
Lu Heting tomó los documentos. Pero sus ojos se helaron como si estuviera pensando en algo.
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