—Entonces… Li Meili y tu hermano. Nunca pensé que Beixuan estuviera hablando de ella todo este tiempo —dijo Feng Tianyi mientras se sentaba al final del sofá, dándole un masaje en el pie a Tang Moyu.
Los pequeños bollos estaban sentados en el suelo alfombrado, viendo la película de esta noche en la televisión. Sus ojos pegados a la pantalla, ajenos a lo que los adultos estaban hablando.
Tang Moyu estaba recostada de espaldas, con un brazo sobre sus ojos. Movió ligeramente el brazo y entreabrió un ojo para mirarlo. ¿De qué diablos estaba hablando? ¿Beixuan le contó sobre Li Meili sin saber que era ella?
Feng Tianyi se rió al ver su expresión molesta.
—No me mires así, Moyu. Te juro que no lo supe hasta que Beixuan me lo dijo esta noche —se defendió. No tenía sentido que ella sospechara de él por retener la información cuando él tampoco estaba al tanto.
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