Feng Tianyi, que estaba ocupado alimentando a Pequeña Estrella, detuvo lo que estaba haciendo y frunció el ceño. ¿Señorita Wanyu? ¿Se refería a la hermana mayor distanciada de Moyu? ¿Qué quería Tang Wanyu de Moyu a estas horas del día? Se preguntó.
Notó que las mandíbulas de Tang Moyu se endurecían, sus manos apretando fuertemente los palillos. Estaba seguro de que ambas se preguntaban por qué Tang Wanyu quería verla.
—Tráela aquí, Tía Lu. Quiero ver qué trama mi hermana —Tang Moyu finalmente respondió. Pero algo estaba mal en la expresión de la anciana. Algo que la emperatriz no pasó por alto desde el momento en que entró apresuradamente.
—Pero Moyu... —Tía Lu se inclinó hacia adelante, susurrando algo al oído de Tang Moyu.
El cuerpo de la emperatriz se estremeció visiblemente, sus ojos se abrieron ante lo que la mujer mayor le dijo. Tang Moyu se levantó de pie, haciendo que Feng Tianyi se preguntara cuál podría ser el problema esta vez.
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