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LOS GUARDIANES DEL METAL

una guerra intergalactica de cien años un triangulo amoroso y muchos; pero muchos mechas y Robots extraterrestres de combate en una batalla para salvar la tierra de un tirano conquistador espacial ¿Podrá Zyorg salvar al planeta tierra mientras aprende a ser un ser humano y vivir en paz al lado de su amada?

crazor_productions · Romance
Pas assez d’évaluations
44 Chs

CAPITULO 40: BATALLA EN EL ESPACIO

Miraba el amanecer desde su ventana. Ya no poseía sus ropas de gala sino una camisa blanca con un pantalón marrón, unas botas de montar negras y una chaqueta roja. Había llorado toda la noche por la muerte de su amigo Xenón. A pesar de ser el más reciente de sus amigos, Zyorg lo quería como si hubiese sido el más viejo de todos sus compañeros. Él le dio el respeto y el honor de un alto mando, lo retó a un combate solo reservado para los Metales más dignos de Wintago y fue en su rescate cuando estuvo bajo el vergonzoso Dominio de Tantalox. Podía comprender su dolor y su soledad al estar casado con alguien que no amaba, debido a que su amada Elizabeth también sufría el mismo destino. Dio vuelta su cabeza solo para ver a la mujer que amaba sentada en una silla cerca de su cama, se encontraba dormida; pero ella estuvo a su lado toda la noche consolándolo hasta que pudo tranquilizarse y el sueño venció a su amada Elizabeth. Zyorg, dando un suspiro, se vio en una autentica encrucijada: el planeta estaba en peligro y debía salvarlo; pero el amor que tenía hacia Elizabeth lo obligaba a no querer irse de la tierra cuando todo terminase. No se sentía con derecho a interferir en los sentimientos del hombre que les había cedido todo de forma voluntaria para poder actuar contra Corgana, sentía estar traicionando al buen Víctor quien le tenía tan alta estima. La vergüenza, junto a la incertidumbre, nublaban su juicio, un amigo estaba muerto y, si todo eso no fuese suficiente, dentro de unas doce horas un enorme batallón con "Pacificadores" se acercarían a la tierra para eliminarla. Zyorg deseaba poder mantener su entereza ante lo que ocurría, sus sentimientos gobernaban su lógica y estos eran de un pesar tan grande que solo lo obligaban a llorar. No deseaba dañar a nadie sino salvarlos; pero los estaba hiriendo a todos incluido él mismo.

Secándose los ojos con la manga de su chaqueta, Zyorg, trató de recomponerse cuanto antes. No era hora de lamentarse sino de luchar por la tierra y su seguridad, solo esperaba que las mejoras de los paladines estuviesen listas. Acercándose a Elizabeth la tomó del hombro y le dijo

- Hora de despertar amada amiga- su voz era suave, tan suave que sentía deseos de decirle cuanto la amaba usando dicho tono; pero se contuvo- es hora de salvar este hermoso día

- ¿James?- preguntó Elizabeth despertándose con lentitud- ¿acaso estuviste despierto toda la noche?

- No tenia sueño- le respondió Zyorg con pesar- a diferencia de los humanos, nosotros invernamos para recuperar energía en nuestra CPU principal y mis facultades de combate junto a mi procesador central están en optimas condiciones

- Puedes decir todas esas palabras complicadas las veces que quieras James- le respondió Elizabeth con una sonrisa amistosa- pero yo sé que tus emociones aun te obligaban a permanecer despierto

- Quise velar por ti- confesó Zyorg sonrojándose- perder a un amigo me fue demasiado duro; pero la idea de perderte a ti…

- Aun si Víctor me amara, yo deseo estar a tu lado ¿Por qué deseas privarte de mi cariño? ¿que mis sentimientos no cuentan en tu interior?- le preguntó Elizabeth tomando su brazo con una gran suavidad

- ¿Y qué vida llevarías en Wintago?- preguntó Zyorg tapándose su boca con el brazo ahogando un sollozo- si fueses a mi lado para vivir conmigo, los ocasos, la naturaleza y todo lo que conoces se alejaría de ti. Vivirías en completa infelicidad en un mundo que no comprenderías. Un planeta muerto con edificaciones a las que no podrías acostumbrarte. Tus sentimientos cuentan mucho en mi interior, tanto que no podría condenarte a una vida que no entenderías y sufrirías

- ¿Y qué vida llevaría al lado de un hombre que no amo, James?- le preguntó Elizabeth con pesar- seria infeliz en este mundo sin estar al lado tuyo; pero por ti comprendería el mundo que deseas cambiar y, quizás, a mi lado podamos hacerlo tan bello como la tierra. Crear nuestro propio paraíso

- Suena como una bella promesa- susurró Zyorg intentando no romper a llorar, una sonrisa muy temblorosa se dibujaba en su boca

- Es una bella promesa- lo consoló Elizabeth acariciando su mejilla- es la promesa que te hago si ganamos a ese idiota de Cornogana o como se llame. Ambos iremos a Wintago y la haremos nuestra propia tierra, con su belleza junto a tus ideales. Un mundo perfecto

- Tu mundo ya es perfecto para mi, ¿podría superarlo acaso?- preguntó Zyorg derramando algunas lagrimas, en sus ojos se podía ver una leve; pero potente esperanza

- Si, podríamos- sonrió Elizabeth secando sus lágrimas

- Entonces a pelear, hay mucho que hacer- le dijo Zyorg con una valentía mas renovada, pudiendo calmarse, abrazó a Elizabeth por unos minutos solo para sellar aquella promesa.

Ambos salieron de la habitación dispuestos a pelear por la tierra y por la promesa de un mejor mañana en Wintago.

Los trajes de metal estaban siendo mejorados, Zitron se estaba encargando de que su resistencia a la calurosa capa de ozono junto a la helada producida al abandonar la atmosfera pudiesen ser mejorados. Creando un enorme tanque que producía oxigeno para unas veinticuatro horas, los Paladines del Metal, podrían estar en el espacio durante un buen rato, solo esperaba que el combate no superara dichas horas o los humanos estarían en serios problemas.

Galius aun se encontraba llorando por la pérdida de Xenón, a diferencia de sus amigos o de el mismo Zyorg, Galius no tenía un temple tan duro debido a que no fue construido para la pelea, sus funciones eran medicas y el haber perdido a un amigo en batalla le era una afrenta tan terrible que su caja madre sufría por no haber podido hacer nada para evitar la desactivación de Xenón y por no poder reactivarlo con efectividad. Mirando el amanecer, Galius, se secó sus ojos. Reuniendo, con dificultad, todo el coraje que pudo reunir se dirigió a donde estarían los demás para iniciar el ataque contra los "pacificadores", era obvio que necesitarían un medico de batalla en dicho combate.

Veía la Luna desaparecer en el horizonte. Consciente de que podría ser la última vez que la vería, Ultrior, largó un aullido de despedida. Se estaba acostumbrando demasiado a ver ese satélite, con una risa gruesa, supuso que si fuese una mujer humana, como lo era Elizabeth, entonces él también estaría enamorado de ella ¿Cuántos años habían pasado desde que se unió a Zyorg junto a sus Guardianes del Metal? Recordaba que fue el tercero en unirse. Primero fue Lition, después vino Galius y cuando él intentó detener a Zyorg , tuvieron esa batalla en la que le demostró sus capacidades de combate y algo más: su compasión.

Pudo haberlo matado aquel día, Ultrior lo sabía, había perdido un combate a todo o nada contra Zyorg, no era uno de honor; pero para aquel Lobo de Metal parecía serlo. El Lobo de Metal dio todo de sí en la pelea; pero Zyorg, a pesar de ser un Cobrizo, supo defenderse con la misma habilidad de un Acerum. Dicha batalla fue larga, Ultrior no podía creer que un mísero Cobrizo como Zyorg le estuviese dando semejante paliza a él, al General más temido de las tropas de Corgana. Cuando dicha batalla finalizo, Ultrior era más una chatarra que un Metal poderoso. Zyorg se acercó a donde estaba él y lo vio con esa severidad característica de un líder antes que de un rebelde "Buen trabajo Zyorg" rió Ultrior escupiendo un poco de aceite "Ahora termina el trabajo como es debido" Zyorg lo vio por un minuto, parecía dispuesto a matarlo; pero tiró su arma diciendo "No" molesto, Ultrior, le preguntó "¿Qué quieres decir con no? ¿Acaso no vez que la próxima vez podría eliminarte?" Zyorg, sonriendo, se alejó de él diciéndole "Entonces tendré que ser más fuerte que tú la próxima vez; pero no pienso destruirte. Vales la pena Ultrior, eres un gran General sin lugar a dudas. Es una pena que no veas lo mismo que yo"

Se retiró de allí dejándolo existir, aquella compasión fue el punto de reflexión para Ultrior quien, poco a poco, vio lo mismo que Zyorg hasta que un día, en medio de un combate a muerte entre él junto a otro General igual de perverso que Tantalox, Ultrior envió a la mierda su lealtad con Corgana y salvó a Zyorg en un momento decisivo. Después de eso él se convirtió en uno de los miembros más queridos y más apreciados de los Guardianes Del Metal, siendo el más valorado por el mismo Zyorg.

La hora de partir se acercaba, viendo las maquinas listas, Ultrior partió a su destino.

Todos los soldados de Huttentorg estaban listos para entrar en sus trajes de combate. Los Paladines Del Metal eran demasiados como para ser contados y aun así Lition sabía que eran pocos comparados con las tropas de Corgana. Si su flota imperial aparecía pronto, aun con ese ejército que veía delante, ellos podrían perder.

Zyorg se puso delante de las tropas y les dijo

- Dentro de unas pocas horas vendrán unas naves de combate acompañadas por Acerums con intenciones de aniquilar toda la vida en este hermoso planeta ¡es nuestro deber el protegerlo! la batalla se dará allí- señalando el cielo continuó con su discurso- en el frio espacio exterior. No prometo ni puedo prometer que saldremos todos vivos de esto; pero si puedo prometer la victoria ¡Somos la esperanza de este planeta! ¡De esta tierra y, en especial, de la vida de nuestros seres queridos! Sean sus hijos, sus padres, sus hermanos o sus novias. Todos ellos dependen de que ganemos esta batalla, caso contrario todo habrá terminado para nosotros ¡PALADINES DEL METAL! ¡¿PUEDEN PROMETERME QUE SALDREMOS VICTORIOSOS DE ESTA GRAN BATALLA?!

Los gritos de ovación no se hicieron esperar, con una sonrisa, Zyorg, miró a Elizabeth quien asintió con la cabeza y en sus ojos se podía ver el orgullo hacia su amado Comandante.

- ¡Entonces vamos! tenemos una nación y un hermoso planeta junto a sus habitantes que proteger- ordenó Zyorg con la determinación de un autentico líder- ¡POR LA TIERRA, POR HUTTENTORG Y POR LA VIDA MISMA, A PELEAR MIS GUARDIANES DEL METAL!

Los propulsores se activaron, Zyorg estaba a la cabeza del ejército, Elizabeth a su costado derecho y Ultrior en el izquierdo. Los demás estaban detrás de su líder mirando hacia el cielo. Zitron esperaba que las armaduras estuviesen realmente al cien por ciento de su potencial para soportar la escarcha y el frio del espacio. Iniciando el vuelo, la piel color bronce de Zyorg brillo con los rayos del sol quien partió dispuesto a pelear por el mundo que amaba, a su lado el Paladín Rojo sostuvo su mano en señal de que no estaría solo en dicha batalla. Zyorg la observó y sonrió.

Las naves estaban demasiado cerca del planeta tierra, se encontraban en la parte oscura de la Luna, no tardarían en llegar y bombardear su objetivo. Los trajes lograron superar la escarcha y cuando pasaron por la capa de ozono estos se calentaron un poco; pero por fortuna el material del que estaban compuesto no quemó vivo a sus ocupantes.

Al pasar la capa de ozono y lograr llegar a la tierra, Lition vio las naves y exclamó

- ¡Comandante, mire!- sin perder tiempo señaló aquella flota, eran demasiadas naves con pacificadores, al parecer Corgana ya no estaba interesado en el planeta Tierra para nada

- Ya lo vi Lition- le dijo Zyorg, alzando su brazo derecho exclamó - ¡vamos Guardianes Del Metal! ¡protejamos nuestro hogar!

Aumentando la velocidad de los propulsores Zyorg junto a su armada entraron en combate. Desde el interior de las naves los Acerums vieron como una armada se dirigía a donde ellos estaban, sin perder tiempo, advirtieron a sus tropas las cuales salieron de sus naves dispuestas a iniciar la batalla. Eran demasiados, tal y como Zitron esperaba, los superaban en números, siendo aun más terrible el saber que no era ni la mitad del ejército imperial de Corgana; pero eso no le importaba, la tierra estaba en peligro. Al ver como Zyorg se dirigió a ellos siendo acompañado por Elizabeth y por el mismo Ultrior, Zitron supo que esta batalla era a todo o nada.

Los Acerums iniciaron el combate disparando sus rayos mortales. Zyorg respondió con su cañón de plasma, el cual largó un ataque más potente que los anteriores, uno de los Acerums recibió de lleno dicho ataque y fue destruido. Ultrior, sosteniendo su lanza/hacha, se dirigió a donde estaban los Acerums, largando un aullido animal antes que un grito metálico de batalla, Ultrior procedió a atacar a los soldados de Corgana mientras estos les disparaban. Lition lanzó varias de sus plumas explosivas a cuatro soldados los cuales explotaron. Los Paladines también entraron en combate disparando los plasmas a las tropas enemigas dando en el blanco. Viendo que sus rivales usaban plasmas, las tropas de Corgana, dejaron de usar sus láseres sacando sus pistolas de plasma iniciando el fuego enemigo.

Los coloridos plasmas volaban por todas partes dañando aliados y enemigos en dicha confrontación. Zitron, al ver que las naves continuaban acercándose, sacó sus dos cañones y disparó a donde estaban los conductores, tuvo que ser cuidadoso debido a que si llegaba a destruir una sola de las naves entonces todos morirían en la explosión de carácter nuclear. Galius sacó de su pecho su ametralladora y disparaba sin contenerse siquiera. Solía ocurrirle en todas las batallas, al ver a sus amigos peligrar o a sus aliados morir, su actitud compasiva desaparecía, siendo reemplazada en su lugar un carácter agresivo digno de un soldado antes que de un medico. Quizás se debía a que su programación era demasiado pasiva para ese tipo de conflictos; pero, al igual que Zyorg, él se rebelaba contra esa pasividad impuesta en momentos en los que era debido que lo hiciera.

Zyorg junto a Elizabeth disparaban dando vueltas en círculos acabando con una gran cantidad de soldados, los cuales explotaban en el espacio. Ultrior se acercaba a las naves disparando sus plasmas por la boca y decapitando a cuanto rival se le apareciera delante, siendo respaldado por Lition, estaba cerca de la nave líder dispuesto a terminar con la misión… a cualquier precio necesario.

Víctor intentaba pelear a la par de Zyorg; pero esa maldita de Elizabeth nuevamente lo dejaba en ridículo al no solo cubrir sus espaldas de forma literal sino que también podían combinar los ataques como si fuesen una sola persona. Van Gunderg estaba al lado de Víctor y trataba de fijarse en la batalla; pero era imposible cuando sentía miedo de los arrebatos caprichosos del conde Van Torner. Solo esperaba que el conde entendiese cuán importante era la misión como para no tener una pataleta en ese mismo momento.

Varios paladines del metal eran heridos y sus armaduras explotaban acabando con sus vidas. Galius, al ver la cabeza de un aliado explotar, largó un rugido, despojando toda frialdad de su CPU, dejó que el lado animal de su disfraz se apoderara de él. Arrojándose sobre uno de los Acerums con sus solas garras de hierro pudo arrancarle la cabeza a uno de los soldados. Su ametralladora disparó plasma sin siquiera apuntar logrando crear un caos mayor al que estaba ya impuesto en dicho campo de batalla.

Zyorg miraba con horror como las tropas enemigas ganaban terreno y él, junto a sus guardianes, estaban perdiendo terreno. Elizabeth descuidó su atención por un minuto y un plasma enemigo dio en su armadura con la suficiente fuerza como para alejarla de Zyorg, dirigiéndola hacia el vacio del espacio.

Aterrado Zyorg gritó:

- ¡ELIZABETH!

Casi sin poder contenerse ante su frustración y horror por la idea de perder a la mujer que amaba, su interior sintió una fuerza tan grande que comenzó a cambiar una vez más y dicho cambio paso a su exterior, delante de todos, Zyorg mutó nuevamente de composición.