—¡Zum!
—Julio Reed acababa de terminar de hablar.
—Cientos de ojos se fijaron instantáneamente en la figura del Rey de la Medicina.
—Si realmente fuera un error entre dos medicinas, entonces parecería que no había ningún problema después de que el Rey de la Medicina las ingiriera.
—Pero si no se atreve a consumirlas...
—La razón detrás de esto merecía una profunda contemplación.
—Dado que el Valle del Rey de la Medicina ha sido negligente, debes demostrar a todos si cometiste un error o si la medicina es ineficaz —dijo Julio Reed sosteniendo la píldora mientras se acercaba al Rey de la Medicina.
—De lo contrario, ¿quién puede garantizar que el resto no sea veneno?
—Un salón lleno de cientos de personas.
—Una vez más, se restableció el silencio.
—Las miradas de los comerciantes adinerados y los ojos de los discípulos del Valle del Rey de la Medicina estaban todos en el Rey de la Medicina.
—Ellos estaban confundidos sobre la razón.
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