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La secuencia será amoral

Vago por zonas ruinosas, la lluvia camufla el olor a excremento de animales, tengo el cuidado de no pisarlos, la atmósfera del sitio actual es penosa, siento un sentimiento de soledad, los golpeteos del agua contra el suelo son demasiados ruidosos, y mi ropa mojada causaría que pesque un resfriado decidí refugiarme en aquella casa desolada. El interior, un frío, no hay encendedor ni ropas abrigadoras, suelo de madera, y la negrura del agua estancada, dificultó mi merodeo, las paredes manchadas de algo viscoso, un color negro con una tinta parecida a la sangre, subí sobre un sofá, apreté el reposabrazos y formo líquido marrón oloroso. No pude seguir ahí. Ahora estoy bajo un árbol, la lluvia forma caminos de agua, mis zapatos lodosos, me incomodaban, los limpié con el periódico que compre la semana pasada. Tiemblo, toso, el frío intenso, la lluvia que no para y esa horrible mirada de la silueta... Corrí, el barro fue mi peor enemigo, la lluvia era su arquero, la tierra el espectro y los bosques mi refugio a veces. Ahora descanso en una granja, me envuelvo con la paja, estoy solo, y el sonido de la lluvia sigue resonando. De nuevo, esa mirada, me observa desde la sombra de la pala, un brazo pálido emerge de su sombra, y otro, los ojos ámbares siguen mirándome. ** * * * * ** * ** ** * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * Palabras del autor: “Esta historia... Sigo dudando si la actualizaré”

Aldeano_solitario · Horreur
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3 Chs

Vida y Pensamientos diferentes

Un hombre bajaba del carro tirado por caballos, vestido de forma harapienta y su olor nauseabundo alejo a los niños que pasaron por las puertas abiertas del cementerio, su aburrimiento le llevó a un lugar desolado, una pampa, donde hay un ataúd abierto.

Camino, sus pies descalzos pisaron el césped y se ve un cuerpo vestido con esmoquin, no tenía ojos, su sequedad era extrema, el ataúd de color negro destacaba entre otros.

Se interesó en este, porque tenía una carta, esa tenía un sello rojo, lo arranco y el texto legible lo emociono.

—Un patán, un imbécil, te paso de todo, solo por comprarla, menudo retrasado.

Cuanto más leía, más reía.

—Ja, ja, ja, para… jajaja.

★★★★★★

Muchas de las razones, fueron pensamientos destructivos, decaí en un círculo de vicio, la minúscula racionalidad, impidió efectuar la escena a la perfección, lo irracional es lo que manipulo mi pensamiento, pero no solo eso, sino que augurio en mi comportamiento, cambiando mi forma de pensar, ya que solo me interesaba ella. Me esperaba una situación muy complicada, no diré que la odio, pero no quería enterrarme con ella. Lo que pasó fue…

Ahora… Para el que habrá leído, sabrá que lo que paso fue una estupidez y coincidirán conmigo, porque fue una casualidad, fui muy necio, no quería escuchar los parloteos… Su mirada cautiva en muchas expectativas las mías, su especialidad eran esos ojos ámbares, pues tenían un toque exótico.

Su mirada perdida me dio la facilidad de indagar en su sufrimiento, encadenada, su desnudez fue un cambio abrupto, observaba cada rincón de su ser, de arriba y abajo, toque sin consentimiento, su piel pálida la destaca, mis dedos tocaron sus labios, ella gemía de susto y miedo, sus lágrimas caían al suelo, no importo tanto.

Moví el tintero, sentado en mi silla, repose mis brazos en la mesa, espero su llegada…

Y la vi, ¡Su palidez!, muy blanca, casi descolorida, ojos ámbares, cabello azulino, refuerzo mi mirada para no ver esos senos. En mi imaginación la describo muy abiertamente, era muy hermosa… Muy dulce, sus movimientos germinaban en mí una alegría…

Veo su falda ornamentada, de color blanco y en la punta un patrón rectangular negruzco. Su mirada vidriosa. Fue un asombro, vi caer gotas al suelo, y sus mejillas blanquecinas se coloreaban de tono rojizo, y dejaron por su rostro un camino mojado, su llanto…, y note su nerviosismo, se alejó de mí, me dejo ver su sonrisa tímida y nerviosa, vi sus piernas, de ellas gotean sangre y sus manos, eh, están manchadas con sangre…

Y recordé…, tuve un viaje al oeste, donde se vendían esclavas, todas vírgenes, obligadas a desposarse con personas de clases distintas, pues los que tenían dinero, las adquirían, yo fui uno de los afortunados…, ¡Pero, porque tengo dolores en el pecho y mi sangre cae al suelo!

Un dolor incomparable, me incrusto una estaca en el pecho, corrí, pero… Ahora estoy en un ático, solo, eso creía, sé que ella quiere que termine de escribir, mi herida, se agrandó, esa cosa me impedía moverme… Perdón, solo…, Deseaba…

Terminar de escribirlo, es dificil y siento cansancio, me quejó, pero lo disfruto, creó que necesitare mas inspiración.

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