webnovel

La Obsesión de la Corona

—Tu cama está fría —habló una voz en la habitación que hizo que abriera los ojos de par en par por el miedo. Nerviosa, se giró, tragando suavemente al ver una sombra en su cama como si alguien yaciera allí. El hombre que había estado tumbado se sentó, emergiendo de las sombras donde había estado esperándola. —¿Qué haces aquí? —preguntó ella cuando sus pies tocaron el suelo y él se impulsó hacia arriba para empezar a caminar hacia ella. Sus rasgos guapos se veían más oscuros de lo habitual por la falta de luz en la habitación. —Vine a encontrarte —inclinó la cabeza—, ¿a dónde fuiste? —Salí a caminar —fue la rápida respuesta que hizo que él sonriera, una sonrisa que a ella le daba más miedo. Ella dio un paso atrás cuando él se acercó a ella. Eso no lo detuvo de acorralarla, y su espalda golpeó la pared detrás de ella. Levantó la mano hacia su rostro, y ella cerró los ojos, asustada. Ella tembló cuando sus dedos trazaron un camino desde su sien pasando por su mandíbula y cuello. Su cabello rubio estaba suelto. —¿En medio de la noche? —ella no le respondió sabiendo que él podía descifrar sus mentiras a través de sus palabras. Él se acercó más, lo que hizo que ella girara su rostro lejos de él y sus palabras vibraron en la piel de su cuello—, ¿fuiste a verlo, mi dulce niña?

ash_knight17 · Fantaisie
Pas assez d’évaluations
549 Chs

Degustando las gotas- Parte 3

Madeline se veía desconcertada. No porque Calhoun le hubiera tomado sangre, sino porque había usado su áspera lengua sobre su piel y luego en su pulgar, tratando deliberadamente de seducirla con una mirada seductora en su rostro. 

La habitación en la que estaban tenía las cortinas drapeadas sobre las ventanas, dejando solo algunas que se abrían ligeramente para contemplar el mundo exterior. Las velas ardían en el candelabro que se alzaba hacia el techo y la chimenea donde se sentaban emitía un resplandor, las llamas se movían y crepitaban en la habitación silenciosa. 

—No eres una comida, Madeline —afirmó Calhoun—. Eres ese postre al que uno espera con ansias incluso antes de que se sirva el primer y segundo plato. Y me gustaría ser la única persona que tenga el privilegio de hacerlo. Ten cuidado en el castillo —advirtió para ganar su atención mientras se recostaba contra los cojines del sofá en el que estaban sentados. 

Chapitre verrouillé

Soutenez vos auteurs et traducteurs préférés dans webnovel.com