(Desde la perspectiva de Demetrio)
La noche pasada fue más difícil de lo que pensaba. Dormir en la misma cama que ella, además mientras su pierna inconscientemente tocaba la mía, fue como tratar de soportar el dolor más duro posible. Como resultado, no pude dormir en absoluto anoche.
—Mi rey, ¿algo va mal? —Kenzo, el Beta preguntó—. Te ves cansado.
—¿De verdad? —Lo fulminé con la mirada.
—En absoluto, mi rey —dijo rápidamente.
Quizás realmente parecía lastimoso. Pero no debería seguir así. Incluso si me preocupaba mucho por mi esposa, no debería ser así frente a los demás. O podrían pensar que ella era mi debilidad y tratarían de hacerle daño a mi preciosa y delicada esposa.
Era verdad que ella era mi debilidad. Si descubría que alguien intentaba hacerle algo malo, le daría la muerte más dolorosa posible. Y si alguien intentaba quitármela, quizás necesitarían pensar en una forma de crear lobos artificiales ya que casi no quedarían para servirles.
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