La asistente llevó a Penny a otra habitación donde había una bañera llena de agua. Era una habitación diseñada muy parecida al baño excepto que este no lo era. El suelo estaba hecho de baldosas negras lo suficientemente claras como para que uno pudiera ver su propio reflejo. Con una pequeña silla que estaba cerca de la bañera, la asistente le mostró el camino antes de hacerla sentar en la silla.
Con el uniforme de esclava que llevaba puesto que se detenía en la altura de su rodilla en este momento, ella se sentó incómodamente, asegurándose de que sus piernas no se vieran ni la piel por encima de ellas mientras se sentó, levantó su pierna y la colocó en el balde de agua.
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