—Cada vampiro dice eso antes de que persigamos a todos los que entran en este pueblo nuestro —dijo otro hombre, agitando su horca.
Los ojos de Damien lo miraron agudamente, siguiendo a la multitud que se había reunido. Buscando a una persona en particular, finalmente atrapó a un hombre que no estaba muy lejos al final de su lado derecho. El hombre se acobardaba y escondía detrás de otro hombre del pueblo. Era fácil de identificar ya que los magistrados eran comparativamente más acomodados en comparación con las demás personas del pueblo. Ya sea en cuanto a ropa, casa o la forma en que vivían. Aunque se preguntaba por qué el hombre se estaba escondiendo.
—Señor Magistrado, ¿por qué se esconde detrás? Por favor, avance —Damien saludó al hombre que parecía mayor que Damien en apariencia pero en verdad, Damien le llevaba décadas lo cual incluso el magistrado sabía. Pero eso no era todo lo que el magistrado sabía.
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