Frizt: (observando a Manuel con interés) Tus poderes están creciendo más rápido de lo que esperaba. Es impresionante ver cómo los dominas tan rápidamente.
Manuel: (con determinación) No tengo otra opción. Si no aprendo a controlarlos, no podríamos ganar esta guerra.
Frizt asentía con aprobación, ocultando sus verdaderas intenciones detrás de una máscara de benevolencia.
Frizt: (con una sonrisa falsa) Tienes razón, Manuel. Pero no olvides que estoy aquí para ayudarte en este camino. Juntos, podemos lograr grandes cosas.
Mientras tanto, en las sombras más profundas de la dimensión de los No-Muertos, los dioses y los altos mandos conspiraban en silencio, planeando su próximo movimiento en el juego de poder que se desarrollaba ante sus ojos. Entre ellos, Kor, con su sed de sangre insaciable, ansiaba el momento de desatar su furia sobre los indefensos habitantes de la tierra.
Kor: (con una mirada salvaje) Pronto llegará el momento de la caza. No puedo esperar a probar la sangre de mis enemigos. Jotean, en una esquina sombría, esperaba pacientemente el momento oportuno para atacar a la tierra tambien, Sus ojos brillaban con malicia mientras trazaba su próximo movimiento en su mente retorcida.
Jotean: (murmurando para sí mismo) Pronto, Pronto les mostraré el verdadero significado del sufrimiento.
Mientras tanto, Frizt y Manuel continuaban su entrenamiento, preparándose para el inevitable conflicto que se avecinaba. A medida que sus poderes crecían, también lo hacía su determinación de enfrentar lo que sea que el destino les deparara.
Frizt: (con una mirada penetrante) Estamos llegando al final de nuestro entrenamiento, Manuel. Pronto será el momento de poner a prueba tus habilidades en el campo de batalla.
Manuel asintió con solemnidad, consciente de que el verdadero desafío aún estaba por llegar. Pero con Frizt a su lado, estaba decidido a enfrentar cualquier obstáculo que se interpusiera en su camino hacia la victoria.
El día del "Primer Asalto" se acercaba rápidamente, y en ambos lados de la brecha entre los mundos, la tensión estaba en su punto más alto. Frizt, Jotean, Kor, Autumn y Manuel dirigían las fuerzas de los No-Muertos con determinación, preparándose para enfrentar a sus enemigos en la tierra con todo lo que tenían. Sus rostros reflejaban una mezcla de ansiedad y determinación mientras se preparaban para lo que estaba por venir.
Manuel, consciente de que la batalla por la tierra sería una lucha prolongada y despiadada, había trazado un plan meticuloso para asegurarse de que los No-Muertos prevalecieran. Sabía que no sería fácil conquistar la tierra de una sola vez, pero estaba decidido a hacer todo lo posible para lograrlo.
El "Primer Asalto" marcaría el inicio de la guerra entre los dos mundos, un enfrentamiento épico que determinaría el destino de ambos. Los No-Muertos, liderados por el Poder Fundador, estaban listos para hacer lo que fuera necesario para lograr la victoria, incluso si eso significaba sacrificarlo todo en el proceso.
El "Primer Asalto" estaba a punto de comenzar, y con él, el destino de ambos mundos se jugaría en el campo de batalla. Ningún lado estaba dispuesto a ceder, y la lucha que se avecinaba prometía ser una de las más épicas y desafiantes que jamás se hubieran visto.
En la tierra, mientras el "Primer Asalto" se aproximaba, Rayber, el dios que había surgido para proteger la tierra de la amenaza de los No-Muertos, observaba desde lo alto. Su mirada penetrante se posaba en el horizonte, donde se avecinaba la oscuridad de la guerra. Con el poder del Infinite fluyendo a través de él, Rayber se preparaba para liderar a la Legión 101 en la batalla que definiría el destino de su mundo. Con una determinación inquebrantable y una voluntad de hierro, estaba listo para enfrentar cualquier desafío que se interpusiera en su camino.