Los dos simplemente se sentaron así durante un rato y miraron a Alvin antes de que Alicia dijera —Tengo mucho que preguntar. Pero no sé por dónde empezar.
—Sigo siendo la misma persona —dijo Harold, volviéndose para mirarla, pero ella no le devolvió la mirada.
—¿Por qué... no me lo dijiste? —preguntó ella, sin mirarlo todavía.
—Quería hacerlo. Pero... es... Yo... —Se detuvo, sin saber qué más decir.
—Querías que tuviera tus hijos primero. ¿Por qué? —preguntó ella al mirarlo, notando lo culpable que parecía.
—¿Te das cuenta de lo injusto que habría sido tener hijos sin saber lo que realmente serían? —preguntó.
—¿Intentaste pensar cómo me sentiría al ver a mis hijos convertirse en lobos o llevar vidas de las que no tengo idea o cómo ayudarlos? Cuanto más lo pensaba, más enojada se sentía, y no podía quedarse quieta por más tiempo, así que se levantó, y Harold hizo lo mismo.
—¿Te das cuenta de lo egoísta que es de tu parte siquiera pensar en quitarme esa elección? —afirmó Alicia.
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