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Jia Li consideraba su vida importante, por lo que no se atrevería a eso. Cuando pensó en no poder levantarse de la cama durante una semana, pensó que no había forma de que pudiera sobrevivir eso.
A la mañana siguiente, Jia Li y Fu Hua partieron hacia el Condado X (China). Jia Li estaba medio dormida cuando volvieron a casa, por lo que Fu Hua tuvo que ayudarla a llegar a la habitación para que durmiera más.
Unos días más tarde, Jia Li llevó a Fu Hua a una cita cuando se enteró de que era su cumpleaños, ya que casi se le olvida y Fu Hua no había dicho nada al respecto.
Fu Hua se sorprendió cuando su pequeña esposa le propuso una cita mientras aún estaba en el trabajo.
—¿Sabes cómo reservar un restaurante? —preguntó por teléfono mientras sonreía.
—Le pedí ayuda al Hermano YingPei —respondió feliz Jia Li.
—Llegaré a casa a tiempo para la cita a la que mi esposa me invitó —dijo Fu Hua con una sonrisa.
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