webnovel

CAPÍTULO 11- Crismei.

La dolorosa vida de Ángel.

CAPÍTULO 11

¿Eh? Siento algo arriba de mí. Sentir ese peso me despertó.

Después de dormir varios y relajantes minutos, siento que alguien se sube arriba de mí.

Es pesado... ¿Q-qué pasa? ¡¿Será Sonia?! ¡¿Me despertará con otro golpe?!

—Mi nuevo amo es muy guapo.

¡¿Eh?!

Siento una respiración muy cerca de mí.

—¿Eh?

E-esa no era la voz de Sonia.

Abro los ojos y veo a una pequeña niña arriba de mí. Tiene el cabello rojo y corto, y ojos rojos. La niña parece de unos 8 o 10 años. Viste un vestido rojo y usa un collar con un corazón con dos rayos en él.

—¡Hola, amo!- Dijo con un tono alegre y sonriendo.

Hay un silencio incómodo. Hay una pequeña niña sobre mí. La niña es muy rara. La niña se me queda viendo con los ojos brillantes. Parece muy emocionada... Está bien, lo admito, ¡no entiendo nada! ¡¿Quién es?!

—¿Amo? ¿Quién eres?

Se levanta en la cama y pone su mano izquierda en su pecho.

—¡Soy tu espada! ¡Me llamo Crismei, es un gusto conocerte!

—... ¿Eh?

Hay otro silencio incómodo y mi confusión aumenta.

¿Q-qué acaba de decir? ¡¿Acaso escuché bien?! ¡¿Está hablando en serio?!

—¿M-mi espada?

Reviso la vaina y ya no está la espada.

—¡¿Eh?!

—¿No me crees?

Un vapor la rodea y cambia de forma.

... ¡¿Qué?!

Crismei se transforma en mi espada.

R-realmente es mi espada.

—¡¿Eh?!

La espada se transforma en una niña.

—¿Ahora me crees?

Me pongo demasiado nervioso y asustado.

¡Sabía que este mundo era raro, pero esto superó el límite!

—¡¿Eres mi espada?!- Digo asustado.

—Sí, me llamo Crismei.

—¡¿Eres una pequeña niña?!

—De hecho...

Se transforma en un hada pequeña. Es del tamaño de un plátano. Sus alas son de color rojo y con símbolos de rayos.

—¡Soy un hada!

... Ah... Ah... ¡¡Ahhhhh!! ¡¿Una verdadera hada?!

—¡¿Eh?!

¡Genial!

La veo de cerca y le acaricio la cara. Me emociono demasiado. En este mundo existen seres que creía que no existían.

—¡Increíble! ¡Este mundo es genial! ¡Hay unicornios y también hay hadas!

—A partir de hoy seré suya. Puedes usarme como quieras.

Se sonroja y pone su dedo pulgar en sus labios. ¿Q-qué?

—P-por favor, sea gentil conmigo y no me lo haga tan duro.

Me sonrojo y me alejo de ella. ¡Yo no soy un maldito pedófilo!

—¡Nunca te haría algo como eso, eres una pequeña niña!

Se empieza a reír y se acerca demasiado a mí.

—¡Es una broma! Y no me trates como si fuera una niña pequeña. De hecho, tengo más de diez mil años.

—¡¿Diez mil años?!- Digo sorprendido.

—Aunque la mayor parte de ese tiempo estuve dormida esperando que alguien lograra invocarme.

—¡Increíble! ¡¿Entonces serás mi espada?!- Digo emocionado.

—¡Sí!- Dijo con una gran sonrisa.

—¡¿Qué habilidades tienes?! ¡¿Qué puedes hacer?!

—Fufu.

Cruza sus brazos y empieza a hablar como si estuviera presumiendo.

—¡Cuando me usas, tus sentidos incrementan y tu agilidad también incrementa! ¡Soy genial, lo sé!

—¿Por eso pude reaccionar de inmediato cuando el profesor me lanzó la manzana?

—Exacto... La última vez que me invocaron fue hace 3,542 años. Tú debes ser alguien muy poderoso.

Ella me permite reaccionar inmediatamente cuando alguien me ataca o me lanza algo, supongo. Si mis sentidos incrementan, eso significa que mi vista y oído mejorarían, lo que me permitiría reaccionar a los ataques sorpresa. ¡Crismei, serás de mucha utilidad!

—Supongo que sí... Aunque solo soy un familiar.

—¡¿Eres un familiar?! ¡Igual que mi antiguo amo! ¡Él también era un familiar!

—¿También? ¿Él también fue invocado por medio del muro celestial?

—¡Sí!- Dijo emocionada.

—¡Increíble!- Digo emocionado.

¡Este encuentro estaba destinado! ¡Ella será de mucha ayuda en el futuro, lo presiento!

Escucho una campana.

—Tengo que ir a clases... ¿Te molesta si te conviertes en mi espada de nuevo? No quiero llamar la atención con un hada a mi lado.

—¡Claro!

Crismei se transforma en una espada.

—Gracias.

Guardo a Crismei en la vaina.

—Es un poco incómodo, pero está bien.

—No hables, sería raro escuchar a una espada hablar.

—Te estoy hablando telepáticamente, solo tú puedes escuchar lo que digo.

... G... G... G-g... G-genial... ¡¡Genial!!

¡Crismei, eres genial! ¡¿Qué tan poderosa serás?! ¡Ya quiero averiguarlo!

—¡Realmente eres increíble!

Salgo de mi habitación.

Bueno... Una espada poderosa... Un hada... Genial... Aunque... ¿Por qué siento nostalgia?

Nah, debo seguir confundido.

(Minutos después.)

Entro al salón de clases y me siento al lado de Sonia.

—¡Bien, empezaremos la clase de historia!- Dijo el profesor.

Zzzzzz.

—Mierda.

Pongo mi cabeza en la mesa.

—¿Qué pasa?- Dijo Crismei.

—La materia de historia es muy aburrida.

El profesor empezó a hablar.

—¡¿Alguien sabe por qué casi no se sabe nada de Izuke?!

—¡¿Izuke?!- Dijo Crismei nerviosa.

Saco la espada de la vaina y le susurro.

—¿Pasa algo?

—N-no, nada, no te preocupes.

Sonia me jala de la oreja.

—¿Qué haces?

—N-nada, no pasa nada.

El profesor dirige su mirada hacia nosotros.

—¡No interrumpan!- Dijo enojado.

Oye, oye, oye, a mí no me hablarás con ese tono... ¡Uwaaaah!

Sonia me empujó la cabeza en la mesa, provocando que me golpeé la cabeza contra la mesa.

—¡Lo sentimos!- Dijo Sonia.

¡M-maldita loca!

—¡¿Estás bien, amo?!- Dijo Crismei.

Levanto la cabeza con dificultad.

—Estoy bien... Creo.

Todo me da vueltas.

—¡¿Alguien tiene la respuesta de lo que pregunté?!- Dijo el profesor.

Sonia levanta la mano derecha.

—¡Yo!

—La escuchamos.

Sonia se levanta.

—Izuke, o mejor conocido como "el héroe desconocido", era un hechicero muy poderoso que vivió hace miles de años. No se sabe nada de él porque, según los pocos datos que se tienen de él, él era muy callado y no hablaba mucho.

—Muy bien contestado. Izuke salvó a nuestra especie cuando ganó la guerra demoníaca. Por eso lo consideramos una leyenda.

—Guerra demoníaca... Suena genial.- Digo sorprendido.

—Izuke...- Dijo Crismei con un tono triste.

...

...

Alcancé a escucharla... ¿Lo conocía...? Mejor no le pregunto... Tal vez no quiere hablar de eso.

Ese hombre llamado Izuke era increíble. Un verdadero héroe, ¿eh? ¿Llegaré a ser igual de increíble que él? Eso espero.