—¿Funcionará? —Layana se sentía impotente. La manera en que Everly le hablaba le hacía dudar de que Everly estuviera dispuesta a sentarse y tener una conversación con ella, y menos aún a perdonarla.
—¿Por qué no iba a funcionar? —Adrik alzó una ceja hacia ella.
Layana se encogió de hombros.
—No lo sé. Pero realmente dudo que funcione. La forma en que me habló y las cosas que me dijo, era claro que me detestaba.
—Está bien, Layana. Realmente no espero menos de una chica que creció en un orfanato sin padres. Descubrir más tarde que alguien como tú y Sheitan son sus padres la destrozaría, obviamente. —Adrik exhaló suavemente.
—Quiero decir, si ella hubiera estado con ustedes entenderías que probablemente habría tenido una vida mejor donde no le faltaba nada y también habría tenido la protección de sus padres.
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