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Última voluntad

"¿Quién es?", me pregunté, tratando de mantener la calma. Al acercarme, la silueta se dio la vuelta. Me sorprendió ver un rostro familiar, pero que no podía ubicar. Era como si lo hubiera visto antes.—"¿Quién eres?",—le pregunté, tratando de encontrar mi voz. La figura no respondió. En su lugar, se acercó a mí con pasos lentos. Su mirada era profunda, como si pudiera ver dentro de mí.

De repente, una brisa suave me acarició el rostro, y un recuerdo llegó a mi memoria, la vista era más clara dejándome ver el rostro de un individuo—Eres el hombre que me trajo hasta aquí… ¿¡Que haces aquí! ?

— pregunté alarmado y confundido— ¿Que hago aquí?, esa pregunta tiene una respuesta muy sencilla, este es mi hogar señor Shinji…— ¿Necesito saber, cómo es posible que conozca mi nombre ?— para poder entender que está pasando necesita pasar a la casa y hacer lo que Margaret, tu madre te pidió que hagas.

Sin dudarlo seguí los paso de ese hombre, un completo extraño, pero parece que es la única "ayuda" dentro de esta casa. Al cruzar la puerta todo cambió, era un ambiente totalmente distinto y nuevo para mí, cada rincón de la casa está repleto de diferentes tipos de misceláneas con un olor muy peculiar, aquí dentro es tan agradable y cómodo, con un tono de jazz al fondo muy relajante.

—Bienvenido sea señor Shinji.— comentó el hombre a mi lado, centrándome nuevamente en mi objetivo— Gracias.

—Tiene usted el derecho y la autoridad de entrar en cada habitación de esta casa sin ningún tipo de problemas, así que por favor adelante.

Mis primeros pasos dentro de esta casa fueron como los de un niño al aprender a caminar: "inseguro". Con dudas, comencé a avanzar, recordando lo que mi madre había dicho en la carta. Vista al frente, sin mirar a ningún otro lado, con esto en mente, ya estaba frente al escritorio con las demás cartas en mi mano. Solo debía tomar asiento y leer dicha carta. Todo mi cuerpo temblaba, como si estuviera en un lugar sumamente frío, pero al contrario, podía sentir el calor que había en el momento. Tome asiento y tome la carta para leerla, mire al frente por última vez antes de leer y vi como el hombre mencionado anteriormente cerraba la puerta, procedí a abrir la carta lento y cuidadosamente.

[ Eres mi mejor virtud ]

Querido hijo,

Espero que esta carta te encuentre bien, aunque dudo que pueda ser así. Me duele saber que no pude estar contigo durante todos estos años, y que mi decisión de abandonarte fue la más dolorosa que he tomado en mi vida .

Cuando te abandoné creí que era lo mejor para ti. No tenía los recursos ni la estabilidad para cuidarte como merecías, y me sentía perdida.

Pero con el tiempo, mi situación cambió. Me convertí en una mujer de negocios exitosa y acumulé una fortuna. Sin embargo, nunca pude olvidarte. Siempre te llevé en mi corazón y pensé en ti cada día, preguntándome cómo estarías, si estarías bien, si me recordarías. Y cada vez que pensaba en ti, me invadía una tristeza profunda y un arrepentimiento que no podía sacudir.

Ahora, en mi lecho de muerte, quiero que sepas que les dejo todo lo que he acumulado. La casa, las propiedades, el dinero... todo es de ustedes. Pero no te dejo nada que pueda reemplazar el tiempo que perdemos, el amor que no pude darte, las lágrimas que no pude secar. No te dejo nada que pueda borrar el dolor que te causé.

Me duele saber que no pude ser la madre que debí ser para ti. Me duele saber que no pude estar allí para ti cuando más me necesitabas. Me duele saber que te dejé solo y abandonado, sin saber si estarías bien o no.

Te dejo una casa que siempre estuvo preparada para ti, pero que nunca pudo ser un hogar sin ti. Espero que puedas encontrar allí algo de consuelo, algo que te haga sentir que no estás solo. Pero sé que no será lo mismo, que nada podrá reemplazar el amor y la presencia de una madre.

En el escritorio de la casa, encontrarás una carpeta con tu nombre. Allí encontrarás todos los documentos y papeles que necesitas para reclamar tu herencia. También encontrarás una foto mía, tomada el día que te llevé al orfanato. Es la última foto que me tomé antes de que mi corazón se rompiera en mil pedazos.

No te pido que me perdones, porque no merezco tu perdón. Solo te pido que puedas encontrar la felicidad que te mereces, y que puedas olvidar el dolor que te causé. Pero sé que no será fácil, que el dolor y la tristeza que te causé serán difíciles de superar.

Con todo mi amor, y con todo mi arrepentimiento,

Madre

P.D. No te preocupes por mí, ya no estoy sufriendo. Pero sí te pido que te preocupes por ti mismo, que te cuides y que te ames. Eres una de las personas que más amo, y quiero que seas feliz.

«No puedo aceptar esto madre, me alegra saber que triunfaste y lograste mucha de las cosas que querías lograr, pero no puedo aceptar todo esto, no puedo negar que me serviría demasiado, mi situación actual es decadente, necesito ayudar a Renn y salir adelante, pero no puedo aceptarlo.»

Sin pensar nada más me levanté de la silla y comencé a caminar dejando atrás la voluntad de mi madre, ¿estoy siendo egoísta o orgulloso? No lo sé, pero algo me dice que no puedo hacerlo, esta aventura llego a su fin. Estoy seguro que al llegar a mi casa caeré destrozado, pasaré cada noche que está por venir lamentándome y llorando, la esperanza que tenía de que mi madre viniera por mí se esfumaron, parece que Renn tendrá mucho trabajo estos meses, ahora es cuando más lo necesito.

—Señor Shinji, ¿ a donde va? —Me voy a casa— Está es su casa, nosotros somos su familia. " ninguna otra persona que no sea Renn me dicho eso "— ¿Mi familia ? Ni siquiera se su nombre, el único familiar que tengo se llama Renn ichizoku.— Mi nombre es Heimer, claro que soy su familia— Lo siento mucho heimer, regresaré al callejón que pertenezco.

Camine hacia la puerta, empujando hacia abajo la manilla para abrir dicha puerta, pero una voz que retumbó en toda la casa.

— ¿De verdad te irás como un cobarde? ¿No cumplirás la última voluntad de mamá ?