Un guardia pasó por su celda a media noche, recorriendo todas las celdas que tenían esclavos en el establecimiento, un guardia cambiaba el turno con otro en intervalos regulares de tiempo. La noche hoy no tenía luna ni estrellas, las nubes cubrieron el cielo hasta que no había nada más que oscuridad para ofrecer desde los cielos. Una pequeña cantidad de luz que ardía en las paredes se esparcía a través de las barras laterales de las celdas que contenían a los esclavos en el interior, la cual disminuía después de cierta longitud. Agarró el objeto afilado en su mano con firmeza y seguridad, esperando y contando los movimientos de los guardias que pasaban por su celda.
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