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Cambio de realidad (2/2)

Escuche atentamente, la posibilidad de ser un Guardián Espiritual, un ser capaz de dominar múltiples elementos, era tanto aterradora como emocionante. - "Entonces, ¿qué se espera de mí como un Guardián Espiritual?", preguntó, con la curiosidad superando mi incredulidad.

"Se espera que seas un líder, un protector", respondió Emeric con solemnidad. "Los Guardianes Espirituales son figuras de gran poder y responsabilidad. Deberás aprender a manejar tus habilidades con sabiduría y compasión y al mismo tiempo firmeza, para el bien de todos en Aetheria."

Asentí resuelto a desentrañar los misterios de mi nueva realidad. - "Entonces, ¿cómo puedo empezar a descubrir mi conexión con las leyes elementales?", preguntó, con voz firme a pesar de la incertidumbre que me rodeaba.

"Comenzaremos con lo básico: la meditación y el control de tu energía interna. Una vez que hayas establecido una conexión sólida con tu núcleo elemental, podrás comenzar a explorar las leyes elementales una por una", explicó Emeric, guiandome a un claro donde la energía del mundo parecía más viva.

Allí, bajo la luz de las estrellas y el suave resplandor de la luna, cerré los ojos y me sumergí en la meditación. Me concentré en la respiración, en la sensación de la energía fluyendo hacia mi Dantian, y poco a poco, comencé a sentir una calidez creciente, una luz que se expandía desde mi interior.

Emeric me ofreció una sonrisa tranquilizadora, diciendo. "En este primer paso lo importante es la introspección. Debes aprender a escuchar no solo con tus oídos, sino con tu alma. Las leyes elementales son como una sinfonía, cada una con su propia frecuencia y melodía. Al sintonizar tu ser con ellas, comenzarás a entender cuáles resuenan contigo."

Guiado por Emeric, me senté en la hierba suave, cerré los ojos de nuevo y me sumergí en la quietud del bosque. A mi alrededor, el mundo parecía susurrarme, cada brizna de hierba, cada hoja en el árbol, cada gota de rocío llevaba en sí una nota de la gran canción de Aetheria.

Los días pasaron, y con cada sesión de meditación, me sentía más conectado con Aetheria y sus misterios. Aprendí a sentir la presencia de los elementos, a invocar su energía y a dar los primeros pasos hacia la comprensión de su poder. No era un proceso fácil; a menudo me sentía frustrado por la lentitud de mi progreso, pero Emeric estaba siempre allí, ofreciendo palabras de aliento y sabiduría.

"La paciencia es la clave, Nerón. No puedes apresurar tu conexión con los elementos. Debes permitir que crezca y se desarrolle naturalmente, como una planta buscando la luz del sol", aconsejaba Emeric.

Con el tiempo, comencé a percibir destellos de luz en mi mente, cada uno correspondiente a un elemento diferente. El fuego era una danza de chispas ardientes, el agua un flujo sereno y constante, la tierra una vibración sólida y confiable, el viento una caricia ligera y cambiante. Los colores de mi núcleo comenzaron a tomar forma, y aunque el blanco seguía siendo predominante, ahora podía ver cómo se entrelazaban hilos de otros tonos, cada uno brillando con promesas de poder y conocimiento.

"Estás progresando", dijo Emeric después de un tiempo. "Pero recuerda, la verdadera maestría de los elementos no viene de la fuerza, sino del equilibrio. Debes aprender a armonizarlos, a fusionarlos con tu espíritu."

Abrí los ojos, y por primera vez desde mi llegada a Aetheria, sentí una chispa de esperanza. No estaba solo en este vasto mundo desconocido; tenía un guía, un propósito y, tal vez, el potencial para ser algo más grande de lo que jamás había imaginado.

"Mañana comenzaremos tu entrenamiento formal", anunció Emeric mientras se levantaban. "Por hoy, descansa. Reflexiona sobre lo que has aprendido y prepárate para el viaje que tienes por delante."

Mientras la luna ascendía en el cielo nocturno, yo Isaac ahora Nerón, me acoste bajo un dosel de estrellas, mi mente aún zumbando con las revelaciones del día. Sabía que el camino sería largo y posiblemente peligroso, pero estoy decidido a seguirlo, dondequiera que me llevé.

Y así, Nerón continuó su entrenamiento, decidido a cumplir con su destino como Guardián Espiritual, sin saber que sus acciones ya habían comenzado a tejer el futuro de Aetheria y de todos sus habitantes.

**Antes de la Transmigración: La Historia de Nerón**

En los días previos a la devastación, Nerón, heredero de una noble familia, vivía ajeno a las maquinaciones que se urdían en las sombras. Su familia, una vez respetada y poderosa, se encontraba en el ojo del huracán de conflictos políticos y bélicos. Conspiraciones tejidas por enemigos celosos de su ascendente poder los habían llevado al borde de la ruina.

La tragedia se abatió sobre ellos como una tormenta despiadada, arrasando sus tierras y despojándolos de su estatus. En medio del caos, Nerón descubrió un sótano oculto bajo las ruinas de su hogar ancestral. Entre los escombros y el polvo, sus manos encontraron un tomo antiguo, cuyo título "Manual de Tech-Magia" apenas se distinguía bajo la capa de cenizas.

El libro era una reliquia de una era olvidada, una época en la que la humanidad había alcanzado la cúspide de la armonía entre la tecnología, la magia y las artes marciales. Las páginas contenían conocimientos que desafiaban la comprensión moderna: hechizos que tejían la energía elemental con precisión quirúrgica, técnicas marciales que fluían como ríos de poder, y esquemas de artefactos que prometían maravillas mecánicas.

Pero lo que más llamó la atención de Nerón fue un mapa detallado, una guía hacia unas ruinas antiguas escondidas en las proximidades de su territorio devastado. Movido por la desesperación y la sed de respuestas, Nerón emprendió la búsqueda de estas ruinas, un lugar donde los ecos del pasado aún susurraban secretos de gran alcance.

Las ruinas eran un laberinto de piedra y metal, testimonio de una civilización que había florecido bajo el estandarte de la tech-magia. Nerón exploró sus cámaras y corredores, descubriendo artefactos y textos que hablaban de un Guardián Espiritual, un ser de poder inmenso destinado a surgir en tiempos de crisis.

Fue entonces cuando Nerón se enfrentó a la verdad de su destino. Una entidad antigua, un espíritu o inteligencia artificial, la cual estaba alojada en un hermoso, abstracto y complicado brazalete dorado de la civilización perdida, el cual halló mientras exploraba las ruinas le reveló que su alma estaba ligada a la profecía del Guardián Espiritual. Pero para cumplir con su papel, debía realizar un sacrificio supremo: cambiar su alma con la de otro y que su cuerpo siendo descendiente de esta antigua civilización era el recipiente perfecto para un alma de otro mundo que poseía el potencial para unir y liderar a Aetheria hacia una nueva era.

Con el corazón pesado pero decidido, pues no había nada más que perder, con su familia en la ruina y pronto a la destrucción total, Nerón aceptó su destino. Realizó el ritual antiguo, invocando los poderes de las ruinas y del "Manual de Tech-Magia", mediante el antiguo brazalete. Mientras las energías convergían, su conciencia se desvanecía, aún con muchos arrepentimientos y ganas de vivir, pero más decidido que nunca, sé despido de Aetheria y en su lugar, la esencia de Isaac comenzó a despertar.

Así, Nerón se convirtió en el catalizador de un cambio monumental, trascendiendo su existencia para dar paso al Guardián Espiritual que Aetheria necesitaba desesperadamente. Y aunque su sacrificio sería olvidado por muchos, su elección marcó el comienzo de una nueva leyenda, una que Isaac llevaría adelante en su nombre, como Nerón Silvercrest, Guardián Espiritual de las leyes elementales.

Final Capitulo 1 (2/2) - Cambio de realidad