—No sabes, pero los humanos no pueden sobrevivir solo con soluciones que te dan todos los nutrientes, necesitas mucho más que eso. ¿Por qué crees que la familia imperial tiene un invernadero que usan solo para ellos? Hay una razón por la que están tan obsesionados con esos verdes exuberantes que crecen en el invernadero —explicó Mo Qiang mientras seguía caminando hacia la nave meca.
Con la mirada fija hacia adelante, sonrió y añadió —Imagina un mundo donde puedas ver un verde floreciente a donde quiera que vayas, con agua limpia susurrando por los arroyos y aire puro sin ni una onza de veneno flotando en él. ¿Qué te parece? ¿No es un mundo que te gustaría ver?
—Me gustaría eso —afirmó Mo Xifeng mientras se conectaba al encendido de la nave meca con su monitor y luego se volvió a mirar a Mo Qiang—. Estoy segura de que todo el mundo quedaría encantado con un mundo así.
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