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Mision 3.0: Emperatrx Umbrosa, Concecuencias.

El Tenshukaku estaba frente al viajero y a Paimon. Se podía ver el conjunto de edificios y las escaleras que llevaban al edificio principal, el sol brillaba y cubría con su calor aquella imponente estructura. Ambos entraron, vieron a mucha gente conocida, sobre todo a Kujou Sara y a su mejor detective, Shinkanoin Heizou. Ambos saludaron al viajero y a Paimon al verlos pasar por las escaleras.

Sara era una mujer tengu, alta, con el cabello corto oscuro, ojos dorados, máscara a un costado, con ropas tradicionales de su posición de líder, y una visión electro en sus ropas. Una descripción rápida sería la de una mujer con un alto sentido del deber.

Heizou poseía una camisa blanca, junto con unos pantalones cortos, cabello largo castaño,de estatura relativamente baja, y un orbe de visión en el costado de su ropa. Una forma fácil de describirlo sería la de un sujeto impredecible con un alto sentido del deber.

El detective se les acercó curioso ya que deducía que se trataba de algo muy importante. Paimon y Aether lo esperaron para iniciar la conversación.

-Chicos, no pensaba verlos tan pronto por aquí ¿Qué los trae de vuelta al Tenshukaku?- El detective sentía una bomba caer encima.

-Debemos advertirle a Ei sobre la llegada de Tenshin a Inazuma.- Paimon se adelantó hacia Heizou.- ¿Sabes algo sobre él?

Heizou parecía no tener idea, quien si sabía del lío que se estaba armando era Kujou Sara. La tengu reveló una cara de sorpresa al escuchar el nombre de Tenshin.

-No esperaba escuchar ese nombre de nuevo, pensé que había muerto, me pregunto cuál es el problema con que el hijo de Tenken llegue a Inazuma.- Sara se sentía en el fondo muy feliz, y al mismo tiempo que algo iba muy mal, ya que conocía de la historia del clan Kurama.

-Tenshin trabaja para el abismo y planea vengarse de Ei. Necesitamos dar aviso para que no cumpla su deuda de sangre.- Paimon lo expresó con preocupación, ya que se enfrentaron con el ninja en el pasado.

El detective veía esto como un caso de búsqueda y captura, lo cual le daba cierta emoción. Sara, al contrario, sentía genuina preocupación, después de todo, ella participó en el arresto de Kyoko.

-Adelante, solo una duda, quiero saber donde lo vieron por última vez a Tenshin.- Sara parecía preocupada.

-Paimon y Aether lo vimos en Fontaine la última vez hace tres días.- Dijo la compañera del viajero.- ¿Porqué la pregunta?-

- Necesitaremos alertar a los demás oficiales, él es cosa seria.- Sara acomodó su mano en la barbilla, como si reflexionara sobre el asunto.- Heizou, debemos ponernos manos a la obra.-

-No lo entiendo ¿Tan peligroso es Tenshin?- Heizou parecía preocupado.

-Te lo explicaré en el camino.- Le inclina la cabeza a Paimon y al viajero. -Nos veremos después.- Los dos miembros de la policía de la isla Narukami se fueron para lidiar con la difusión de la llegada del heraldo del abismo.

Después de verlos partir, Aether se fue con Paimon hacia las puertas del Tenshukaku, donde los estaría esperando la Shogun Raiden. Saludaron a los guardias de la entrada y pasaron hacia donde estaría Ei esperándolos.

-Saludos viajero ¿Qué los trae de vuelta a Inazuma? ¿Cómo les fue en la búsqueda de Lumine?- Ei caminó hacia ellos con su voz suave.

Ei era la diosa de la eternidad, la arconte electro. De ojos purpuras refulgentes por su elemento, cabello violeta brillante, calzado de tacón alto, vestía con un kimono de tonos fríos, entre púrpura y violeta. Una forma rápida de describirla sería la de una guerrera imponente, cuya personalidad se suavizó con el tiempo.

-De eso quería hablar contigo Ei.- Aether inclinó la cabeza en señal de respeto.

-Luchamos contra el hijo de Tenken, no nos dejó ver a Lumine. Trabaja para la orden del abismo, y todo indica que va ir a matarte. Queríamos advertirte del peligro inminente.- Paimon se mostró preocupada por eso.

-Así que el hijo de mi viejo amigo viene tras mi vida. Me suena justo, después de todo, lo que le hice no tiene perdón.- De sus ropas sacó un collar con una visión vacía.- Debí haberlo escuchado en su momento.-

-Si era tu viejo amigo ¿Porqué lo mataste?- Preguntó Aether.

- Él estaba en contra del decreto de captura de visiones, fue más que nada una apuesta para ver cuál sería el futuro de Inazuma. Tenken luchó con honor hasta el final, no puedo sentir más que arrepentimiento por haberlo matado. Al final él tuvo la razón todo ese tiempo.- Ei parecía triste ante aquella desición, se guardó el collar con la visión en su escote.

Aether no pudo evitar sentirse molesto ante todo esto, sabía que esta sería una misión muy molesta por resolver. Sin mencionar que fue una experiencia completamente desagradable luchar contra Loki. Tal humillación lo dejó con un mal sabor de boca.

-Honestamente, no me hace feliz resolver sus problemas, pero los ayudaré porque de no hacerlo, Inazuma caerá.- Aether se cruzó de brazos con el ceño fruncido.

-¿Alguna idea de como empezar con esto? ¿Saben si Tenshin está en Inazuma?- Ei preguntó por curiosidad.

-No lo sé, la última vez que lo vimos fue en Fontaine.- Aether respondió sin mucho ánimo.

-Paimon avisó a Sara y Heizou para que aumenten la vigilancia en el Tenshukaku.- La compañera del viajero puso sus manos en la cintura con orgullo.

-También Yae Miko sabe sobre esto, se podría decir que nos ayudará de alguna manera para derrotar a Tenshin. Aún así, no se de que manera nos ayudará.- Aether parecía preocupado.

-Supongo que para empezar, unas seciones de entrenamiento, serán un buen inicio para encontrar contramedidas contra aquel heraldo del abismo.- Respondió Ei, quien pensaba en una idea.- Lo mejor será registrar los barcos del puerto de Ritou, además de inspeccionarlos, aunque... Por lo que me dicen, él puede esconderse entre las sombras.- Ei cerró los ojos y una suave onda de choque emana de ella.

-¿Qué fue eso? - Preguntó la compañera del viajero.- Eso dió cosquillas a Paimon.-

-Es una técnica electro para rastrear a cualquier criatura dentro de la isla, es como un poderoso radar, no por nada soy la diosa omnisciente.- Suspira.- Deberán aprender este y más trucos si quieren sobrevivir a Tenshin.- Ella no notó nada raro por el momento.

Sus ojos se abren, la leve presión desaparece y ella caminó hacia la entrada. Se dió la vuelta para mirarlos a los dos viajeros.

-¿Qué esperan? Nos queda un largo camino por recorrer.- Dijo Ei, quien en el fondo estaba un poco nerviosa. Después de todo, tenía muchas deudas pendientes por resolver.

***

Un suspiro, una visión del pasado, una joven tengu caminaba después de un intenso entrenamiento con el cuerpo adolorido. Ella hacia un entrenamiento extra fuera del dojo de su familia, ya que así podría entrenar en la naturaleza, usando todos los recursos del medio ambiente.

En el camino, después de perderse en una multitud de pensamientos, se tropezó con un hombre fornido, de ojos oscuros, con una yukata oscura, cabello largo liso, sin su brazo derecho, orejas de zorro negro, y un cuerpo entrenado al máximo de su capacidad. Describirlo de una forma sencilla, sería el tipo de persona que podría intimidar a cualquiera con su presencia.

Ella cayó al suelo sin mover al hombre enfrente de ella. Su trasero le dolía por la repentina caída, miró al hombre enfrente de ella, ni siquiera podía llegarle a los hombros, su expresión llegó a los nervios.

-¿Estás bien? - Su voz era grave y robusta, ella tembló al oír aquel tono grueso. - ¿No te lastimaste?- Él levantó a Sara con su unica mano sin problemas.

-Lo, lo siento mucho, fue mi error señor, no quise hacerlo, realmente lo siento.- Ella inclinó la cabeza varias veces.

-Te pregunte si estás bien niña pajaro.- Ella se quedó firme e inmóvil ante la interrogativa.

-Sí, estoy bien se-señor. Por cierto se ve muy poderoso, realmente no quiero molestarlo, lo si-siento mucho.-Ella nunca pudo sentir respeto o temor por nadie, ni siquiera su padre adoptivo le hacía sentir tal nivel de respeto.

El hombre miró la visión atada en la cintura, del dou-gi de la muchacha, se frotó la barbilla al notar el signo electro en él. Ella pudo ver la visión electro en el cuello del caballero, definitivamente no era alguien normal en ningún sentido.

-Niña pajaro, así que entrenas para ser fuerte.- El hombre de orejas de zorro parecía interesado en su respuesta.

-Sí-sí señor.-Respondió ella.

-Buena suerte. Solo deja de entrenar demasiado, y sin un guía, o atrofiaras tu cuerpo.- Él se va caminando como si nada, ella lo sigue. Al escuchar la voz de la muchacha, él se voltea.

-¿Ahora qué quieres?- No parecía molesto, solo se lo veía curioso.

-Qui-Quiero que usted me entrene señor, se ve que es muy fuerte y me podría ayudar para traer honor a mi familia.- Ella parecía muy decidida a que ese hombre la entrene.

-¿Estás segura? ¿Acaso sabes quien soy?- Parecía divertido que ella quisiera ser su discipula. -¿Acaso no escuchaste el nombre del clan Kurama? Mi nombre casi nadie lo menciona, la gente evita tocarme solo porque unos idiotas murieron de miedo por tropezar conmigo.- Se agacha para estar a su altura. -¿Estás segura de lo que dices?-

-Sí señor Kurama-sama. Quiero que me enseñe a ser más fuerte, haré lo que sea.- La muchacha no titubeó.

- Kujou Sara ¿Cierto?- Él parecía tener una idea. -¿Qué tal si hacemos un trato? Puedes ser la niñera de mi hijo de cinco años, además Kyoko necesitará ayuda con algunas cosas en mi casa. Si te parece poco, te pagaré la diferencia con Mora ¿Qué te parece?-

-Sí señor Kurama-sama.- Ella le estrecha la mano para hacer un trato.

-Por favor niña pajaro, llamame Tenken sensei.- Él parecía estar satisfecho con el trato que hizo.

***

- Jefa, jefa... Kujou-dono.- Heizou estaba llamándole la atención. -Es raro verla tan distraída ¿Qué ocurre?-

Sara despertó de aquel trance y siguió caminando con el detective hacia una casa próxima en Ritou. Estaban ahí ya que había una casa abandonada de hace años.

- No es nada, por ahora estamos aquí por una muy buena razón. Buscamos pistas, si bien podría enviar a más agentes para inspeccionar es mejor que vayamos nosotros dos ¿Algún problema?- Ella se puso seria, ya que estaba con la mentalidad de trabajo.

- Debe ser algo muy personal para que te llame la atención.- Heizou sonrió suspicaz.

-Lo es, al final y a cabo, la casa a la que vamos es la de quien fue mi maestro.- Sara parecía sentirse un poco sombría al mencionar el tema.

Ellos entran en la casa abandonada, el detective pensó que no encontraría nada interesante. Al menos, no en la casa en si, sino por los recuerdos que podía despertar. Lo primero que notó fueron unas pequeñas marcas de quemaduras en las paredes.

-Jefa Kujou, me pregunto por qué nadie ocupó la casa, o al menos la comisión Kanjou no intentó apropiarse de ella.- Heizou parecía interesado.

-Es porque se decía que este lugar está maldito, incluso las sacerdotisas evitan estar aquí.- Sara suspiró en silencio, mientras vió una máscara del festival de verano, su diseño era de un kitsune.- Uno pensaría que había un poderoso Tatarigami, pero en realidad era porque la gente se sugestiona con facilidad. La mente es muy poderosa, y en varias ocasiones puede jugar en contra. Eso lo aprendí de Tenken sensei.-

-Es curioso que nunca haya oído sobre eso.- Dijo Heizou con curiosidad y algo de empatia.

-Eso fue porque no es algo que me guste contar.- Ella guardaba el secreto, ya que sentía que había traicionado sus propios valores aquella vez. -Hay muchas cosas que no sabes de mi.-

- Entonces... Según mi hipótesis, él fue tu maestro, seguramente trabajaste aquí a cambio de que te entrenara... Fuiste la niñera de Tenshin ¿Me equivoco?- Él sintió que había acertado en un punto importante.

Sara revisó por si había alguna pista valiosa, información oculta en un compartimento secreto, o algo parecido. Entre algunas cosas, encontró un libro de cuentos infantiles, su mente divagó un poco, y recordó algo importante.

-Sí, es verdad lo que dices... En todo ese tiempo pude conocerlo muy bien. Sé que Tenshin era mitad yokai, se puede transformar en un pequeño zorro negro. Es posible que cuando llegue haya que revisar todos los barcos de los puertos. También su momento de mayor debilidad es en la luna nueva.- Ella abrazó aquel libro con cierta añoranza.

-Siguiendo con mi hipótesis, tú estuviste varios años entrenando técnicas onmyoudou con Tenken ¿Me equivoco?- Heizou quería saber más, tal vez así, puedan sacar más información vital para su actual misión.

-Sí, de hecho entrené con Tenshin, quien fue experto a corta edad en la magia kitsune, en el onmyoudou, y en el control de shikigamis. A pesar de su ceguera, era capaz de sentir todo con su habilidad electro, como si fuera parte de si mismo.- Sara asintió al escuchar a Heizou.- No me dejes hacer esto sola, ayudame.- Le increpó.

Heizou se puso manos a la obra y se puso a investigar junto con la líder de la policía. El detective buscó en varias partes, finalmente encontró un compartimiento secreto que llevaba a un libro con carácteres extraños. Se lo dió a Sara para comprobar su contenido.

-Este es el libro de comandos de Tenken Kurama, me trae recuerdos verlo de nuevo.- Sara sonrió mientras revisaba sus páginas.

-¿Qué clase de libro es ese?- Preguntó el detective.

-Es un poderoso catalizador, tal vez seas compatible con aquella magia, pero no te lo recomiendo usarla sin un instructor competente, podría matarte.- Sara dejó el libro reposar sobre una mesa.

-Es la primera vez que pregunto esto, sé que eres hábil con tu visión y con la magia tengu. Lo que me pregunto es ¿Porqué no te he visto ir en serio con tu poder? Es como si te contuvieras todo el tiempo.- Heizou dió en el clavo con algo importante.

-Porque no soy digna... Por eso.- Sara se puso aún más sombría ante su respuesta.

El detective supo que debía detenerse, ya había recolectado la información que necesitaba. Según su deducción, pudo entender que ella traicionó un ideal o algo muy sagrado, como para evitar usar su verdadero poder. Lo más importante era que tenía relación con lo ocurrido en esta casa.

-No tienes que responderme si no lo deseas. Quisiera saber ¿Qué tabú quebraste como para no volver a usar tu verdadero poder?- Heizou intentó ser comprensivo, por desgracia no hubo respuesta.

Ambos entraron en la habitación del matrimonio, dos cosas los sorprendieron. Lo primero eran las sábanas manchadas de sangre seca de años, y lo segundo fueron las fotos sobre el escritorio a una esquina de la habitación.

El detective revisó las fotos, en los que encontró la foto de Tenshin a los trece años, él estudió la fotografía y se la mostró a Sara. La apariencia de Tenshin en ese entonces era la de un joven alegre, sus ojos estaban cerrados en esa foto, con colmillos un poco pronunciados que solían resaltarse en su sonrisa. Cabello oscuro, piel clara, nariz respingada, mentón marcado, orejas de zorro negro, y labios carnosos. Se podía ver como el tipo de joven quien ocultaba más de lo que aparentaba.

-Encontré algo útil, con esto podremos ponerlo en los carteles de búsqueda. Aún así, me preocupa que ahora que Tenshin sea un heraldo del abismo, ya no tenga sino una apariencia de monstruo.- Heizou parecía estar serio.

-Lo dudo.- Sara suspiró.- Tenshin es como su padre, los dos son inmunes al veneno y a las maldiciones. La magia del abismo no es problema para él.-

Heizou miró otra foto donde estaba la imagen de Kyoko con un pequeño zorro negro. Por los ojos del pequeño zorro, se dió cuenta de que era el hijo. Pudo deducirlo, ya que Tenken era un kitsune celestial, su hijo a lo mucho podía ser un híbrido.

-También deberíamos usar esta foto jefa.- Heizou sonrió, ya tenían lo que buscaban.- Ahora solo toca hacer los carteles de se busca y repartirlos por la isla. Ya que Tenshin podría llegar pronto, deberemos hacer que los guardias inspeccionen los barcos que lleguen en caso de que Tenshin esté cerca.

Heizou suspiró al darse cuenta de que aquel libro que ahora tenía en su poder no podía usarlo. Al releer sus páginas supo que un gran poder se ocultaba en ellas, si Sara no podía enseñarle, al menos podría pedirle al viajero para convencerla.

***

Por otra parte, estaban Yae Miko, Aether, Paimon y Ei en el Tenshukaku, ya estrictamente vigilado. La sacerdotisa llevaba una enorme marioneta consigo, su apariencia era la de Tenken Kurama, el antiguo ninja de Inazuma. La única diferencia era que tenía seis brazos en vez de dos.

- Bien, les traje este muñeco para entrenar, úsenlo sabiamente.- Yae Miko activó la marioneta para que empezará a practicar con ellos.

La marioneta tomo una postura de combate con los brazos extendidos, sin armas a disposición. Solo con ropas encima y una sonrisa macabra.

-Descuiden, no los atacará a menos de que lo hagan primero.- Yae se cruzó de brazos con la mano en la barbilla.- Les recomiendo tener cuidado, ya que tiene una capacidad de aprendizaje muy acelerada, no funcionará dos veces el mismo truco con él.-

-¿Porqué la marioneta tiene seis brazos?- Paimon parecía curiosa.

-Eso es porque los movimientos de Tenken no pudieron ser copiados, por lo que debió ponerle brazos adicionales a la marioneta.-

Aether fue el primero en practicar con la marioneta. Él se lanzó rápidamente con su espada electro hacia el muñeco, para su desgracia aquella imitación podía usar artes onmyoudou como el original. En lugar de esquivar o contraatacar detuvo la espada con las dos manos desnudas y redireccionó la carga eléctrica a su boca. Lanzo una ráfaga, como un proyectil, a la cara del viajero. Lo que lo dejó noqueado en un instante.

-Aether, reacciona. Yae Miko, fuiste muy dura con él al usar ese juguete maldito.- Paimon sacudió a su compañero preocupada.

-Escuchen, Tenshin matará a Ei si no hacemos algo, comparado con él, la marioneta es solo un juguete como dices. Quisiera prácticar contra él, pero mis habilidades son inútiles, ustedes son los únicos quienes podrían hacerle frente.- Yae Miko levantó suavemente al viajero, quien ya había recapacitado.- Además el clan Kurama era conocido por ser estúpidamente meticulosos, al punto de parecer qué tenían clarividencia.-

-Entonces es mi turno, ya derroté al original, no debe ser difícil para mi.- Ei estaba por desenfundar su espada, pero la marioneta hizo dos cosas impensables. La primera fue evitar que ella desenfundara su espada apretando el pecho de ella con fuerza con sus dos manos del medio. Después absorbió la carga electro liberada para aumentar su fuerza. Luego usó las dos manos superiores para trabar sus brazos, y las dos manos inferiores para golpearle repetidamente en las costillas hasta que logró derribarla.

-Olvidé decirlo, la marioneta está hecha para imitar a Tenken en su mejor momento, cuando ya era reconocido en todo Teyvat. Él mismo luchó contra la copia en repetidas ocasiones por lo que está muy bien entrenado. Ei, tú derrotaste al último miembro del clan Kurama cuando ya estaba varios años retirado. No muchos lo saben, pero cuando tú estabas ocupada y Alice tuvo que limpiar lo ocurrido en las minas de acero de jade, Tenken luchó contra la Tsaritsa como represalia. Eso lo dejó con muchas secuelas por lo que la versión con la que luchaste estaba mucho más débil por aquel combate.- Yae Miko no le parecía divertido ver como ella había sido derribada fácilmente.

-Eso explica por qué no hubo interferencia de los fatui hasta hace muy poco. Tenken los había espantado.- Reflexionó Ei.

-Ese era su trabajo, deshacerse de la peste y de los criminales detrás de las sombras. Al morir, ni siquiera yo pude controlar toda la corrupción de la comisión Tenryou, Kanjou y la rebelión Sangonomiya.- Yae Miko suspiró molesta consigo misma al recordar eso.

Después de varios intentos, Aether y Ei parecían cansarse, mientras que la marioneta se mostraba con su postura intimidante enfrente de ellos. Ambos tuvieron que usar pociones de salud para mantenerse en pie, ya que habían recibido varios golpes en el cuerpo.

De repente apareció Heizou quien les dió uno de los carteles de se busca. Con ello también quería hablar directamente con el viajero.

-Aether, necesito pedirte un favor, es sobre Sara...-