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Gantz: AQP

Javier Ávila es un estresado universitario que llegó a un restaurante, donde sus planes se frustran por los malos tratos de las personas que lo rodean. Agobiado por la situación, un inesperado incidente pone fin a su ordinaria vida y así comienza su lucha por sobrevivir. Ahora está envuelto junto a otras personas, en una matanza nocturna de la cual no pueden escapar. Un enorme agradecimiento a Edward Trulooks, quien alegró mi día dedicando la hermosa portada que pueden apreciar. Si gustan, les sugiero seguir su pagina y apoyar su arte. Basado en el manga original Gantz de Hiroya Oku, todos los derechos pertenecen al autor original. Esta historia es ficción, cualquier parecido con lugares o situaciones no tiene nada que ver con la realidad y solo son tomados de referencia.

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Pas assez d’évaluations
14 Chs

Capítulo 13: Monstruos andinos III

Ya que tenían que cargar con Yesica, tardaron unos minutos más en llegar a la base. Los demás integrantes del grupo vieron con horror que faltaban tres personas, Yesica no podía verlos a la cara sin sentirse culpable. Ya reunidos el muchacho emo les contó sobre lo que se percató.

—Nos encontramos con seres que gritaban "apallimay", mi abuela me contaba una historia folclórica de su tierra, sobre unos demonios que se hacían pasar por bebes, engañaban a las mujeres con llantos para que los llevaran a sus espaldas, una vez ahí comenzaban a chuparles la vida y a crecer, podían llegar a matar a sus víctimas o simplemente asustarlas. El nombre de esos demonios era apallimay, creo que significaba "cárgame" o algo así. —La historia del emo impresionó al grupo.

—Ahora que lo mencionas, el Kharisiri también pertenece a las leyendas andinas ¿Con cuántos y que tipo de monstruos se han encontrado? —Preguntó Cesar para reunir toda la información.

—Contando a esos auquénidos de cara humana, las mujeres con cuerpo de caballo, los duendes, los apallimay y unos gigantes de cabeza diminuta, son unos 26 por lo menos. —Contestó Javier recordando de los que le informó Yesica.

—Yo creo que escuché de esas mujeres con cuerpo de caballo. Se llamaban runamula, pero según recuerdo tenían a un diablillo en el lomo que las latigueaba por sus pecados. —Dijo María interviniendo en la conversación.

—En mi pueblo contaban que cuando alguien se acostaba con familiares, Dios los castigaba volviéndolos jarjachas, son llamas con cara humana, eran malas y si te los encuentras te desmayabas del susto. —Agregó la muchacha provinciana, la cual se presentó como Rosa y estaba temerosa de hablar de esos monstruos.

—A mí me contaron de gigantes en los andes llamados Gentiles, estos iban a fiestas para seducir mujeres, los que describen ustedes suenan a los más antiguos que eran caníbales y supuestamente fueron eliminados por su deidad... —Cesar se quedó pensando en la información que obtuvo.

—E-Esperen un momento, esos son monstruos de folklore... La esfera dijo que matemos a un alíen Kharisiri ¿Qué tienen que ver los alienígenas con ellos? —Preguntó aquella chica llamada Ana.

—Bueno, en ese programa de alienígenas ancestrales que da por History Channel, mencionan que las leyendas de diferentes culturas fueron interpretaciones de extraterrestres, los cuales fueron observados por los pobladores y que al no comprender lo que sucedía, los tomaron como eventos místicos. —Le respondió el muchacho emo sembrando más dudas en todos.

—¿Qué hay de la religión? ¿Existe Di...? —Rosa estaba formulando sus preguntas pero fue interrumpida por Cesar.

—Escuchen todos, las discusiones filosóficas las dejaremos para cuando salgamos vivos de aquí. No nublemos nuestras mentes con cosas que tal vez ni tengan respuestas, solo vamos a distraernos si pensamos más en ello. Javier, por favor revisa el mapa y dime cuantos enemigos quedan. —Cesar puso en orden al grupo, ciertamente sus palabras eran lo que necesitaban.

—Al principio contamos algo de 37, la mayoría reunida en un parque. Parece ser que los que matamos se separaron del grupo central, ahí deben quedar siquiera unos nueve. El Kharisiri es el objetivo principal, matarlo será difícil pues ni siquiera sabemos cómo ataca más que por cuentos. —Javier dio su opinión sobre la situación.

—Mencionaron que hay enemigos que el mapa no muestra, consideramos a 9 como el número mínimo. Lamento decir esto para aquellos que tienen miedo, pero tendremos que ir todos si queremos sobrevivir. Cada disparo puede ser una oportunidad de regresar con vida, sé que les pido mucho a los que recién llegaron pero por favor, necesitamos que ataquen con nosotros... Haremos lo posible para defenderlos, eso se los prometo. —El liderazgo de Cesar era excelente, aunque tenían miedo sus palabras les hizo tomar la decisión de ir al ataque.

Así comenzó la última incursión del grupo, ahora se dirigían hacia las viviendas más allá de los andenes. Katy conducía el extraño vehículo, sujetada de su cintura estaba la muchacha embarazada, en la parte trasera del vehículo estaba Yesica y aún no tenía fuerzas en sus piernas. Tras el vehículo venían María, Delia, Ana, a los costados estaban Cesar paralelamente al muchacho emo, y al final caminaba Javier junto con Copetín.

Yesica miraba atentamente el mapa por si algún enemigo abandonaba su grupo, pero inesperadamente sintieron los galopes de algo grande acercándose. Cesar dio la orden de detenerse, cuando vieron algo de más de dos metros salir de los campos de maíz. Se trataba del proxeneta que se perdió al principio, su cuerpo era amorfo lleno de tumores, sus cuatro extremidades inferiores se parecían a las de un reptil deforme, sus brazos se habían convertido en largas garras filosas, de su ahora hocico salía un vapor blanco y en su cabeza había cuernos negros.

—Perras desobedientes, me las voy a coger hasta que entiendan quien manda. —Este ser abrió sus brazos yendo al ataque, sus objetivos eran Yesica, Katy y Ana.

—¡Rompan la formación! ¡Katy, retrocede con el vehículo y rodéanos! ¡Los demás apunten! —Gritó Cesar dando las órdenes.

Katy obedeció sin chistar, la velocidad del vehículo era increíble en segundos se alejó del grupo dando tiempo a todos de esquivar la envestida inicial, Cesar tomó a la muchacha embarazada consigo tras ser bajada del vehículo y la protegió con su cuerpo junto con Ana. Tras rodar en el suelo Javier intentó apuntar al monstruo, sin embargo, se movía muy rápido como para darle y los disparos explotaron más atrás. Delia se tragó su miedo y junto María defendieron a Cesar, Rosa y Ana, sus disparos de cobertura hicieron que el atacante se alejara para centrarse solo en Yesica y Katy.

En el vehículo ambas mujeres estaban ganando terreno, Yesica sacó su rifle e intentó acertarle disparos, ella estaba ubicada justo para poder concentrarse solo en apuntar. Los disparos explotaban en el suelo causando que los maizales se destrozaran, un disparo en especial levantó rocas del suelo que impactaron en su perseguidor, lo cual solo logró enfurecerlo más y que aumentara su velocidad. El cuerpo del monstruoso proxeneta empezaba a chorear una sangre negra, especialmente las gruesas venas de sus piernas se rompieron pero no por eso bajó su velocidad y ante todo lo contrario comenzó a alcanzarlas.

—¿Pero qué diantres le pasó a ese imbécil? ¿Cómo terminó volviéndose aún más feo? —Preguntó Katy dando media vuelta y regresando hacia el grupo.

—Que rayos importa, lo único que tenemos que hacer es matarlo para deje de joder. Katy, intenta estabilizar esta cosa para que pueda apuntarle... —Le dijo Yesica sintiendo las vibraciones de las zanjas del sembradío.

—Dame unos segundos, estoy dirigiéndome hacia terreno llano. —Katy elevó el vehículo gracias a una de esas zanjas, la caída no fue problema pues la amortiguación de esta máquina era de primera.

Ya en terreno plano Yesica pudo apuntar mejor, tenía a su objetivo en la mira, repentinamente de la boca de este comenzó a salir fuego, esto ocasionó que se protegiera y no disparara. Yesica tenía algunas llamas quemando el traje, las apagó dándose palmadas y estaba enojada porque sentía el olor de su cabellera quemada. Apuntando nuevamente disparo, esta vez dio en el blanco y ocasionó que a esa criatura le explote el brazo derecho.

Ese monstruo ni se inmuto al dolor, incluso corrió más rápido intentando aplastar con sus patas a las muchachas, las cuales terminaron por saltar del vehículo para evitar ser asesinadas, la maquina se condujo sola y de detuvo sin problemas metros adelante, pero Yesica y Katy ahora estaban en el suelo. La primera aún no podía correr, ni siquiera caminar pues todavía no se recuperaba de su encuentro anterior.

—¡Agáchense! —Gritó Javier corriendo a su ayuda junto con los demás, se detuvieron a unos 10 metros de ellas y dispararon contra el monstruo.

—¡Esto es por lo que me hiciste, animal! —Ana sostenía el rifle de Cesar, este le ayudó a estabilizar el arma y que pudiera disparar.

—Mal-Maldita put... —Dijo el proxeneta y segundos después su cabeza y cuerpo explotaron.

Ana se sentía liberada, recordó como este sujeto junto a sus secuaces la había secuestrado por medio de una falsa entrevista de trabajo. Durante días fue cautiva en un burdel de otra ciudad, día tras día la obligaban a tener sexo con diferentes hombres en condiciones deplorables. La noche de su muerte ella ya no soportó más e intentó huir, para su mala suerte fue atrapada por su captor y golpeada hasta casi morir para darle una lección y ella se lanzó de ese edificio intentando llevarse al hombre que arruinó su vida consigo.

Aquella sufrida muchacha se arrodilló llorando de alivio, al fin había cumplido con su venganza, sintió la palma de Cesar en su hombro y le indicaba que era momento de moverse. Así fueron a encontrarse con las otras dos chicas, las cuales tenían solo moretones menores por el impacto contra el suelo, pero nada más serio. Katy volvió a conducir el vehículo, como Yesica aún no podía caminar la pusieron en la parte trasera y desde ahí podría disparar sin problemas.

—Cesar, tenemos problemas, seis enemigos se están aproximando rápidamente desde el parque. —Javier miró el mapa y notó los puntos acercándose a su posición, tras informar de esto Cesar se apresuró en ordenarlos.

—Katy y Yesica estarán al frente, lamento pedirles esto tan pronto pero su movilidad en el vehículo nos dará ventaja. Delia y María se encargaran de cuidar a Rosa ya que por su estado no podrá pelear, las tres usaran el camuflaje y estarán atrás dando disparos periódicamente y traten de no darnos a nosotros. Javier, Copetín, el otro muchacho y yo estamos delante de ustedes evitando que se les acerquen ¡Rápido a sus posiciones! —Las órdenes de Cesar fueron claras, no demoraron nada en seguirlas.

Katy y Yesica se adelantaron para tener contacto visual con el enemigo, para así atraerlos al rango donde los disparos de sus compañeros no fallarían. Vieron que esos seis enemigos eran, dos gigantes gentiles del tamaño de los anteriores, tres jarjachas más grandes y fornidas, sin embargo, no podían ver al sexto por ningún lado. Desde el asiento trasero Yesica disparó, fue advertida por Katy de no ver directamente a la jarjachas, pues estos seres tienden a paralizar a sus víctimas, así ella mantuvo su mirada al suelo, justo donde las patas de estas comenzaban y disparó con la mira de su arma más arriba para intentar darles.

Los disparos iniciales de Yesica hicieron explotar el suelo, esto puso en alerta a los monstruos que comenzaron a correr hacia ellas. Yesica buscó la mejor posición para poder sujetar dos rifles con los cuales disparar, había una distancia de 20 metros entre los monstruos y las chicas del vehículo. Los gentiles empezaron a levantar rocas cercanas para lanzarlas contra ellas, la fuerza de estos seres era impresionante, cargaban las rocas y las tiraban mientras corrían. Yesica disparaba a las que podía para destrozarlas, las otras piedras fueron a duras penas esquivadas por Katy, ella estaba sorprendida por lo fácil que era moverse en este vehículo e incluso comenzó a sentir gran aprecio por este.

—Yesica, voy a virar en seco a la derecha, calculo que tendremos tres segundos para dispararles en ráfaga antes de volver a arrancar. A la cuenta de tres lo haré, prepárate. —Aquel desprecio de Katy por Yesica había desapareció para esta situación.

—Solo intenta no tirarme de esta cosa, apenas puedo sostenerme al asiento. —Contestó Yesica confiando en ella.

—No seas tan quejumbrosa, uno... dos... ¡Tres! —Katy frenó el vehículo derrapando y dándole una vuelta de 90º, por la fuerza de este movimiento uno de los rifles de Yesica se cayó pero ambas obviaron esto, comenzaron a disparar entre cuatro a seis veces cada una y Katy volvió a poner el vehículo en marcha casi en tres segundos.

Los impactos de Katy terminaron matando a los más peligrosos que eran las jarjachas, sus cabezas fueron destrozadas junto con partes de sus cuellos o pechos, los gentiles usaron sus brazos para defenderse de Yesica, tenían heridas pero ninguna era mortal. Fue entonces que los gigantescos monstruos vieron el leve resplandor de las espadas bajo ellos, en el suelo estaban Cesar y Javier blandiéndolas, cortaron parte de las cabezas de estos seres y al agacharse moribundos los ejecutaron con un disparo directo de las pistolas en la cara.

—¡No se confíen, aún queda uno! —Gritó Cesar poniéndolos en alerta.

—¡Repliéguense y manténganse juntos! —Sugirió Javier, yendo al frente mira atentamente los alrededores.

A simple vista no parecía haber nada extraño, las chicas del vehículo regresaron con el grupo y se pusieron espalda con espalda esperando al próximo enemigo, sin embargo, no había señales de nada cerca. El chico emo fue quien se percató de algo moviéndose en los maizales, pasando saliva con dificultad caminó hacia ese lugar y lo hizo a pesar de las advertencias de sus compañeros. De entre la vegetación salió un perro color blanco con manchas negras, iba con la mirada al suelo mientras olfateaba el terreno, tanto Copetín como el gato que cargaba Delia se sintieron inquietos, el gato bajó de sus brazos y se erizó amenazantemente.

—Es solo un perrito, no hay nada de que... —El chico emo le dio la espalda por 2 segundos, en los cuales aquel perro supuestamente inofensivo comenzó a mostrar una sonrisa tétrica.

Tras el muchacho emo este perro creció deformando su figura en algo humanoide, su cabeza se alargó moldeando su hocico para darle una forma alargada, sus patas se volvieron largos brazos, las patas traseras las tenía fornidas y con púas que sobresalían de su pelaje. El muchacho emo giró su cabeza lentamente mientras el ser detrás suyo terminó de transformarse, este ente dirigió su extraño hocico hacia su víctima, lanzó su lengua como si de un proyectil se tratara y termino por atravesar el hombro del muchacho emo. El impacto fue tan fuerte que incluso rompió su traje haciendo que ese líquido azul oscuro brotara, los demás presentes se prepararon para atacarlo y el monstruo reaccionó usando al emo como escudo evitando que dispararan.

—Cesar, esta cosa es inteligente... Un simple monstruo no haría algo como usar un rehén. —Dijo Javier sin perder de vista a ese ser.

—Si es inteligente ¿Crees que podamos comunicarnos? —Cesar caminó con las manos levantadas hacia ese ente, dejó sus armas atrás y se puso delante de este.

—¡No sea imprudente, Cesar! ¿Qué está haciendo? —Le gritó María preparando sus pistolas, a lo cual el monstruo reaccionó poniendo el cuerpo de su víctima enfrente y reía macabramente mientras veía a Cesar acercarse.

—¡Cálmense, en especial tu Javier!... ¿Puedes entenderme? Nosotros no tenemos nada contra ustedes, nos están obligando a pelear... —Cesar estaba sin defensa alguna, habló francamente y sin miedo.

—Ju,Ju,Ju, nos advirtieron de ustedes, son los cazadores que intentan detenernos... A pesar de lo que dices, ustedes mataron a muchos de nosotros... Ju,Ju,Ju ¿Aun así se atreven a pedir paz? Ju,Ju,Ju Que tontos... Nuestro jefe se divirtió jugando, pero el odia perder y sus números están bajos... Él me mandó para matarlos ¿Están listos para morir, cazadores? —El que ese ser hablara tanto sorprendió a todos, se quedaron paralizados con sus palabras mientras veían como el brazo del muchacho que capturo era secado.

—Espera no lo mates, si tienes un jefe déjame hablar con él, nosotros no queremos nada más que sobrevivir. —Agregó Cesar sintiéndose incomodo de escuchar los gritos de dolor del emo.

—Es tarde, tarde para eso y tarde para su especie... Nuestro jefe los quiere muertos, tras la diversión que tuvimos, ahora solo quiere un buen reto... ¡Al menos háganlo divertido! —Dijo el ser monstruoso tras saltar y arrojar al emo contra Cesar, él logró sujetarlo pero se dio cuenta que estaba en la misma situación que los pacientes que murieron en el hospital.

—Me-Me duele el brazo, ¿Por qué me duele tanto?... —El muchacho emo sujetaba esa escuálida extremidad, entró en shock al sentir lo que era ahora su brazo.

Por sujetar al herido, Cesar no se percató que ese monstruo aterrizó detrás suyo, intentó apuñalar al doctor con esa larga lengua, pero su ataque fue interceptado por Javier, quien estaba invisible y lo sujetó de la lengua, usando la espada terminó por cortársela.

Yesica y Katy apuntaron desde el vehículo pero su enemigo se percató de ello, corrió velozmente a cuatro patas dándole manotazos a Delia, María y Rosa. Cesar se preocupó más por la ultima, ya que estaba embarazada y un golpe así podría ser fatal para su bebe o ella. Las chicas del vehículo disparaban pero este ser era muy veloz para acertarle, al alcanzarlas tomó a Katy del rostro y la levantó, luego golpeó el vehículo con sus patas lanzando a Yesica al suelo, la cual soltó su arma al caer.

La criatura zarandeo a Katy mientras esta forcejeaba para que la soltara, el traje estaba activado evitándole sufrir daños mayores, pues este ser comenzó a golpearle repetidamente el abdomen y la estrelló contra el suelo donde corrió raspándola en la tierra. Javier se puso en posición de a sus marcas, corrió en su ayuda a toda velocidad reforzando sus piernas con el traje, cada paso que daba hacia huecos en la tierra, saltó dándole una fuerte patada en la espalda al monstruo, por el impacto este salió volando unos 15 metros, Javier dio una rápida mirada a Katy, ella tenía el traje roto junto con heridas menores y ahora le era peligroso pelear.

Javier continuo atacando, expandió la hoja de su espada y se enfrascó en una escaramuza inicial contra ese ser, ciertamente corriendo tenía una velocidad abrumadora y ahora teniendo al muchacho tan cerca se vio presionado. Javier tenía una mirada seria mientras arremetía con su espada, esquivaba las garras del monstruo oportunamente para ubicarse y contraatacar con el puño que le quedaba libre. Furiosa la criatura le asestó un golpe de lleno en el estómago, haciéndolo retroceder unos dos metro, sin embargo, a pesar de haber recibido un daño mínimo, Javier cayó de espaldas al suelo, el monstruo aprovechó esto para levantar sus dos puños y aplastarlo de un solo golpe contundente. Una ráfaga de aire impactó a ese ser cuando estaba distraído en concentrar su ataque, metros atrás estaba Delia apuntándole con el rifle, pasado el tiempo de retraso el pecho del monstruo explotó haciéndolo sangrar y llenando de sangre a Javier, quien se paró en donde estaba, usó esto para tener impulso y cortar por el medio del cuerpo de ese ser, luego bajó su espada partiéndolo a la mitad.

—Lo hiciste bien, Delia, gracias por ese disparo. —Dijo Javier acercándose con los que fueron golpeados por el monstruo, junto a Delia los ayudó a levantarse

—Tenía miedo de darte a ti ¿Cómo supiste que estaba apuntándole? —Le preguntó la muchacha intrigada.

—Cuando estas peleando siempre tienes que tener una vista de lo que te rodea, te vi de reojo alistando el disparo y dudando si debías hacerlo por estar yo en medio. Fue muy arriesgado pero me alegro de que todo saliera bien, en verdad tenemos serios problemas de comunicación. —Comentó Javier yendo a ayudar a Katy.

—Estoy consciente de eso, Javier, como soy quien tiene más recursos económicos, si salgo vivo de esta juro comprarles audífonos para que podamos hablarnos. —Cesar regresó con el grupo, estaba cargando al emo cuyo estado no era el más alentador, su rostro estaba rojo y jadeaba como sufriendo.

—Gracias loquillo, me salvaste el pellejo —viendo su traje chorrear ese líquido azul marino brillante—. Parece que ahora solo me queda la banca ja,ja,ja. —A pesar de estar algo herida, Katy no perdía ese raro sentido del humor.

—Hemos tenido muchas bajas, vamos a necesitar todas las manos para los últimos dos que quedan. —Javier vio en su mapa las dos marcas de los enemigos, están fijas y sin moverse en el parque de la plaza.

—Contando a los que podemos pelear, Javier, Delia, María, Copetín y yo, tendremos que estar al frente, Yesica, Katy, Ana, estarán en la retaguardia como apoyo, si el enemigo va atacarlas usen el vehículo para ganar terreno y resguardarse. Rosa se quedará con ese muchacho para cuidarlo, por su condición es lo mejor para ambos. —Al escuchar su nuevas posiciones, algunos no estaban de acuerdo.

—Yo también quiero ayudarlos, el Javier tiene razón. Necesitan a todos. —Rosa estaba determinada a ir, pero Cesar la tomó de los hombros.

—Es muy riesgoso, tienes que pensar en tu hijo, Rosa. Ni siquiera sabemos si el golpe que recibiste lastimó a tu bebe, tus intenciones son nobles pero preocuparnos por ti puede terminar haciéndonos cometer errores. Solo quédate escondida y atiende a este muchacho, confía en nosotros. —Cesar tenía cierto aire de empatía con Rosa, ella asintió con la cabeza.