Cap. 4

Beatriz de 61 años se encontraba admirando el bosque detrás su propiedad. Padecía de insomnio y de alcoholismo. La tercera botella de whiskey descansaba sobre su regazo.

Extraña los tiempos en los que esa botella hubiera sido la quinta o sexta...nada fue lo mismo desde el suicidio de su marido, de quién heredó la casa que ahora estaba sucia y descuidada.

De repente, vio un ciervo correr a través del límite con el bosque. Ella quedó sorprendida ante el acto, nunca había visto un animal tan grande pasear tan cerca de las personas. De hecho, han pasado más de 40 años desde que vio un ciervo en Teltzi. Estaba segura de ello, su esposo Álvaro se lo había comentado, él era biólogo y había formado parte del comité gubernamental que declaró extintos a los ciervos en el bosque de Teltzi.

Extintos…

Un ligero temor surgió dentro de Beatriz, sus manos empezaron a temblar, acababa de ver a un animal "extinto" en su ciudad...lo peor de todo es que parecía tener ojos de distinto color.

Acercó la botella a su boca y tomó un gran sorbo, seguía pensando en aquel ciervo hasta que finalmente quedó dormida...después de semanas sin haber pegado un ojo.