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Esposa Sustituta del Rey de la Mafia R18

[ADVERTENCIA: CONTENIDO MADURO EXPLÍCITO] Dahlia pensó que se casaría con el hombre de sus sueños cuando tomó el lugar de su hermana gemela en un matrimonio político. Después de pasar una noche apasionada con su esposo, se despierta y descubre que él no era quien ella creía. En lugar de casarse con el prometido de su gemela, quien era su primer amor prohibido, terminó casándose con Bradon, el hombre conocido como el Rey de la Mafia del mundo subterráneo. Con su hermana huida después de fugarse con su amante y con la estabilidad económica del país en juego, Dahlia no tiene otra opción que continuar desempeñando el papel de la esposa complaciente de Bradon. Poco sabe ella que ser la esposa del Rey de la Mafia sería tan física y emocionalmente exigente. Estar casada con el frío, calculador y dominante Rey de la Mafia cambia la vida de Dahlia para siempre, ya que sus seductoras caricias doman su cuerpo y encienden su alma. Con cada beso y caricia, él le enseña placeres como nunca antes había conocido y le muestra una forma de escapar de su oscuro pasado. Rechazada por la sociedad y sus padres desde la infancia por ser siempre la segunda después de su hermana gemela, la vida de Dahlia nunca había sido fácil. Sin nadie que la apoyara, Dahlia estaba acostumbrada a defenderse por sí misma, pero ¿y si su única manera de sobrevivir esta vez es encontrar la clave para desbloquear el corazón frío de su esposo?

Realfantasies · Urbain
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Verdad Imposible

—¿Qué está diciendo papá?

No podía comprender todas las locuras que mi padre estaba diciendo. Miraba a Antonio preguntándome por qué él no negaba nada de lo que mi padre decía.

—¡Me aseguraré de que tu padre se entere de esta actitud tuya tan vergonzosa y falta de respeto! —gritó amenazadoramente.

—Todavía no has respondido a mi pregunta. Supongo que no importa lo que digas de todos modos. Zain... —dijo Antonio sonando aburrido.

Con un movimiento de los dedos de su mano libre, Antonio llamó a un hombre que debía llamarse Zain. Observé cómo Antonio abría su mano como esperando recibir algo.

—Sí, Maestro... —dijo Zain suavemente al pararse cerca de Antonio.

Con una educada inclinación de cabeza, Zain colocó una pistola en la mano extendida de Antonio. Sentí como si el tiempo se congelara para todos nosotros al ver indudablemente el objeto peligroso que Antonio ahora sostenía en su mano.

—¿Por qué Antonio sostiene una pistola?

Chapitre verrouillé

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