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Esposa Sustituta del Rey de la Mafia R18

[ADVERTENCIA: CONTENIDO MADURO EXPLÍCITO] Dahlia pensó que se casaría con el hombre de sus sueños cuando tomó el lugar de su hermana gemela en un matrimonio político. Después de pasar una noche apasionada con su esposo, se despierta y descubre que él no era quien ella creía. En lugar de casarse con el prometido de su gemela, quien era su primer amor prohibido, terminó casándose con Bradon, el hombre conocido como el Rey de la Mafia del mundo subterráneo. Con su hermana huida después de fugarse con su amante y con la estabilidad económica del país en juego, Dahlia no tiene otra opción que continuar desempeñando el papel de la esposa complaciente de Bradon. Poco sabe ella que ser la esposa del Rey de la Mafia sería tan física y emocionalmente exigente. Estar casada con el frío, calculador y dominante Rey de la Mafia cambia la vida de Dahlia para siempre, ya que sus seductoras caricias doman su cuerpo y encienden su alma. Con cada beso y caricia, él le enseña placeres como nunca antes había conocido y le muestra una forma de escapar de su oscuro pasado. Rechazada por la sociedad y sus padres desde la infancia por ser siempre la segunda después de su hermana gemela, la vida de Dahlia nunca había sido fácil. Sin nadie que la apoyara, Dahlia estaba acostumbrada a defenderse por sí misma, pero ¿y si su única manera de sobrevivir esta vez es encontrar la clave para desbloquear el corazón frío de su esposo?

Realfantasies · Urbain
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Para Atraparlo

—¿Ya se fue? —pregunté incrédulo.

—Sí, el Maestro Bradon se fue esta mañana temprano —respondió ella con una sonrisa de disculpa.

—¿A dónde fue? No importa eso. ¿Cuándo vuelve? —pregunté mientras pasaba mis dedos por el cabello frustrado.

—Lo siento, pero no dijo nada cuando se fue —respondió ella suavemente.

—Lo sabía… —murmuré para mis adentros.

A pesar de lo que pasó anoche, hoy resultó ser una repetición de los muchos días anteriores. Brandon había desaparecido y no tenía idea de cuándo volvería. Me maldije a mí mismo por no haber tenido la oportunidad de pedirle su número de teléfono. Aunque, realmente no me podía imaginar pidiéndoselo cuando él estaba frotando su miembro contra mí en la cama.

Esto es un desastre...

—¡Dile que no voy a dormir esta noche hasta que vuelva! —declaré en voz alta.

—Haré eso, Mi Señora —dijo Jenna antes de sonreírme.