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Esposa Sustituta del Rey de la Mafia R18

[ADVERTENCIA: CONTENIDO MADURO EXPLÍCITO] Dahlia pensó que se casaría con el hombre de sus sueños cuando tomó el lugar de su hermana gemela en un matrimonio político. Después de pasar una noche apasionada con su esposo, se despierta y descubre que él no era quien ella creía. En lugar de casarse con el prometido de su gemela, quien era su primer amor prohibido, terminó casándose con Bradon, el hombre conocido como el Rey de la Mafia del mundo subterráneo. Con su hermana huida después de fugarse con su amante y con la estabilidad económica del país en juego, Dahlia no tiene otra opción que continuar desempeñando el papel de la esposa complaciente de Bradon. Poco sabe ella que ser la esposa del Rey de la Mafia sería tan física y emocionalmente exigente. Estar casada con el frío, calculador y dominante Rey de la Mafia cambia la vida de Dahlia para siempre, ya que sus seductoras caricias doman su cuerpo y encienden su alma. Con cada beso y caricia, él le enseña placeres como nunca antes había conocido y le muestra una forma de escapar de su oscuro pasado. Rechazada por la sociedad y sus padres desde la infancia por ser siempre la segunda después de su hermana gemela, la vida de Dahlia nunca había sido fácil. Sin nadie que la apoyara, Dahlia estaba acostumbrada a defenderse por sí misma, pero ¿y si su única manera de sobrevivir esta vez es encontrar la clave para desbloquear el corazón frío de su esposo?

Realfantasies · Urbain
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Las vidas que elegimos

En ese momento, no estaba segura de estar preparada para mostrarle a Antonio cómo eran las cosas entre mis padres y yo. Probablemente ya era suficientemente problemático para él tener que casarse conmigo en lugar de con mi hermana gemela. Con eso en mente, decidí actuar como una hija amorosa, justo como lo habría hecho Diana.

Antonio me llevó sin decir una palabra hacia la sala de la mansión. Como todas las otras partes de la mansión que había visto, la sala era lujosa y estaba decorada en tonos de azul marino con un gran candelabro brillante colgando del alto techo. Mis padres estaban sentados en un largo sofá donde se suponía que debían sentarse los invitados. Aunque su presencia parecía integrarse con el entorno mientras estaban al lado y en las esquinas de la espaciosa sala, no me llevó mucho tiempo darme cuenta de que había casi diez hombres vestidos con trajes negros allí con nosotros.

Demasiados guardaespaldas si me preguntas... pero...