En una sola frase, se desató una tormenta furiosa.
Lucille Zellweger dejó de llorar y lo miró asombrada.
Wesley Charles también parecía un poco incrédulo.
La expresión de la Señora Charles se ensombreció y suspiró —¿Cómo puedes mentirle a la gente? Conozco todo lo que pasó en tu escuela, ¿cómo no voy a saber que tienes una novia?
¿Conocerlo todo?
Oliver Charles bajó la mirada y habló ligeramente —¿En verdad me conoces?
La Señora Charles se quedó desconcertada.
Oliver Charles rió despectivamente —¿Sabes en qué competencias participé en la escuela? ¿Sabes lo que estudié? No sabes nada porque siempre estabas en casa, ocupada preparando el banquete de su compromiso. Querías que todo el mundo en la Ciudad S asistiera y que todos te alabaran por ser amable, generosa y comprensiva. ¡Has trabajado tanto para ganarte una buena reputación!
El rostro de la Señora Charles se endureció y se sonrojó de ira —¡Oliver Charles, cómo puedes hablar así!
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