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capítulo 10

En el invernadero el ambiente tranquilo que había entre la emperatriz y Violeta se esfumó.

Y no por las preocupaciones de Violeta sino por una mujer que entró al invernadero sin permiso.

Era una mujer pelirroja y de ojos rojos por su vestimenta se podría asumir que era una noble invitada por la emperatriz pero por su semblante nervioso y sus manos temblorosas era obvio que no.

Violeta sintió que aquella mujer le era familiar como si la hubiese visto antes pero no recordaba de donde fue hay que un recuerdo le vino a la mente.

La competencia de caza de hace 5 años.

En lo que parecía ser un bosque cercano a una mansión había diversas personas sentadas en mesas decoradas con una vajilla de oro y plata desde hombres practicando con la espada hasta mujeres alentando los y niños corriendo por doquier.

Fue entonces que se hizo un anuncio-¡Atención el emperador ya ha llegado!-inmediatamente todos hicieron una reverencia dándole la bienvenida a su gobernante.

Entre ellos una niña de unos 12 años que esperaba ansiosa no la llegada del emperador sino de la emperatriz su futura suegra.

También esperaba a su prometido quién le prometió que mataría un oso en su honor y le traería la cabeza del mismo.

Por lo que fue hacia adelante para ver mejor con una brillante sonrisa pero lo que vio la decepcionó.

El emperador estaba allí pero no acompañado de la emperatriz sino de una hermosa mujer pelirroja y una niña que parecía menor que Violeta.

Violeta sabía que era una de las amantes del emperador también era consciente que era normal que el emperador tuviera miles de amantes.

Pero el hecho de que decidiera ser acompañado por una mujerzuela en vez de su legítima esposa hizo que Violeta ardiera de rabia.

Sobre todo al ver que aquella mujer la miro a los ojos sonriéndole burlona.

Desde ese día Violeta odio con toda su alma a Renata aunque fue la única vez que la vio.

Terminando de recordar Violeta apartó su mirada de Renata la emperatriz manteniendo la compostura hablo-que sorpresa no esperaba verte aquí no deberías estar con Ruby?-el nombre que salió de entre sus labios le dio Ascó a Violeta.

Ruby una de las hijas bastardas que ensució la sangre real.

Aquella mocosa y Eris no eran tan distintas aunque no conocía a Ruby sabiendo como eran las hijas bastardas lo más probable es que fuera una carga que no merecía existir.

Pero lamentablemente aunque le doliera admitirlo la mitad de la sangre de Ruby era del emperador igual que la mitad de la sangre por lo que técnicamente era miembro de la familia real.

Pero una vez se volviera emperatriz en caso de que Abelard la engañara se aseguraría que ni niñas ni niños bastardos nacieran.

Muy diferente a la emperatriz que dejó que algunas mujeres del harén dieran a luz a niñas y no niños pues al ser mujeres podrían ser vendidas en matrimonio a otro país para formar una alianza.

Si bien no sonaba tan mal para Violeta el dejarlas vivas era un gran error pues nunca sabían si se revelarían en cualquier momento.

Lo mejor era matar a las ratas antes de que se reproduzcan.

-buenas tardes su majestad veo que tiene compañía-su voz aunque era indiferente había algo de burla en ella Violeta solo quería que las criadas se dieran cuenta de la situación e inmediatamente echarán a aquella mujerzuela pero estas solo observaban.

-buenas tardes Renata ¿que haces aquí? No recuerdo haberte invitado oh y saluda a la señorita Violeta es la prometida de mi hijo-dijo cortésmente Violeta se sorprendió de que aunque aquella mujerzuela estaba hay la emperatriz seguía manteniendo la calma.

Realmente anhelaba ser como ella si bien normalmente mantenía la calma había veces en las que sus emociones la dominaban y la dejaban mal parada.

-buenas tardes señorita Violeta espero que el imperio sea próspero bajo tus manos.

-eso espero Señorita Renata rezo con que Soleia me guíe aunque la emperatriz es mi maestra así que no tendré problema.

-es verdad mi educación ha dado frutos en Violeta y será una gran gobernante junto a mi hijo.

Al mencionar a su hijo Renata se tensó sabía bien lo que pasaría si Abelard se volvía el emperador.

Si Abelard se volvía emperador el hijo de Renata Aidan estaría en peligro.Renata había tenido dos hijas y un Hijo cuando dio a luz a sus hijas la emperatriz no la había envenenado pues al ser mujeres no tendrían el trono y podrían ser usadas para un matrimonio con otra nación lo que beneficiaría al imperio.

En cambio al tener a su hijo Aidan este se volvería el rival de Abelard si bien Abelard al ser un hijo legítimo tenía más posibilidades para alcanzar el trono no podía negar que Aidan también podía hacerlo.

En el imperio había 3 príncipes Abelard de 20 años Aidan de 16 años y Dorian de 13 años el último no era un problema ya que al ser el hijo de una concubina olvidada no tenía poder alguno pero aún así lo mantenía vigilado.

En cambio Aidan tenía grandes habilidades pues a la edad de 7 años ya sabía hablar lenguas antiguas,sabía política y manejar el arco entre otras cosas.

Al ver esto Larissa trato de matarlo varias veces pero no hubo resultado ya que Renata mando a Aidan a la edad de 10 años a vivir en el imperio de Amadel un país habitado tanto por elfos,Humanos entre otras criaturas.

Debido a esto Larissa no pudo deshacerse de él.

Aún así su hijo Abelard sería emperador y eso era innegable.

-bueno si me disculpan me retiró la verdad solo tenía curiosidad de cómo era la prometida del príncipe rezo con que no halla mal de ojo en ninguno de los dos.

Dicho esto Renata se retiró no sin antes dedicarle una sonrisa a Violeta.

Ya lejos del invernadero las criadas fueron llamadas-ni siquiera pueden hacer un maldito trabajo bien!? ¡Realmente son unas inútiles!.

Larissa dijo con ira inmediatamente llamo a los guardias y con voz autoritaria dijo-llevenlas al calabozo y denle 100 latigazos.

-m-majestad!-dijeron las 5 criadas quienes luchaban por zafarse de las manos de los guardias a la vez que le rogaban a la emperatriz pero ella solo las miro como si se tratara de un insecto algo que podía aplastar fácilmente.

Violeta sonrió con burla el imaginarse la tortura de esas criadas le devolvió el buen humor.

La única que no estaba contenta era Larisa que se clavó las uñas en sus manos sin importarle si dejaban marcas solo quería quitarle aquella maldita sonrisa a Renata.

Otra que estaba feliz era Renata quién sintiendo aún de lejos la ira de la emperatriz sonrió con satisfacción.

Cómo amaba hacer enojar a esa mujer.

-waaaaaaa!!!!!!.

En una mazmorra sucia llena de ratas con solo una almohada dura como roca y una manta delgada estaba Alexandra llorando rogando que la dejarán salir.

-¡Déjenme salir! ¡Soy su señorita!-a pesar de su llanto los guardias solo la ignoraban y estaban quietos como estatuas el único que la miraba con lástima era un joven de cabello castaño y ojos negros.

Era Damián un guardia nuevo que entró al servicio del duque era un joven de unos 25 años bastante alto y a pesar de su amabilidad era letal en batalla no por algo pasó el examen.

Aunque quería ayudarla no podía pues si lo hacía recibiría un castigo del duque y los castigos de duque no eran ningún juego.

Si un guardia al servicio del duque Edward se mostraba en contra de sus órdenes entonces no viviría para contarlo.

Esto debido a un sello que ataba su vida al duque.

El mismo Damián no estaba del todo informado del sello pero por lo que le dijo Alessandro era mejor no saber los efectos pues al saberlo los guardias vivirían con un miedo constante y no harían bien su labor.

El único que sabía sus efectos era el comandante quien vigilaba la frontera del norte por orden del duque debido a las bestias que habitaban hay.

Por lo que ni el ni nadie sabía los efectos del sello pero de todas formas una parte de él estaba dispuesto a desobedecer al duque con tal de que las lágrimas no salieran de la bella Alexandra y si pudiera huir juntos.

-(¿¡que estoy pensando!? Ella es una noble yo solo un guardia es imposible no es como esas novela que mi hermana leía en casa).

Al pensar en ello se deprimió pero a la vez se mantuvo firme debía seguir su deber sin importar lo que sintiera.

Al menos pensó eso hasta que una voz lo llamo.

-p-p-por favor.....

Sus ojos azules se habían puesto rojos de tanto llorar y por su voz recordó que ella llevaba varios horas sin beber agua además de que no había comido en mucho tiempo solo desayuno.

Al parecer sus sentimientos le ganaron a su sentido del deber.

En otro lugar cenando en su habitación Eris sonrió su instinto le decía que todo iba de acuerdo al plan.

A su lado Nora estaba en silencio aunque no sabía lo que pensaba su maestra supuso que era algo que la alegraba pues no todos los día veía a Eris sonreír así.

-(ah Damián realmente serás útil tu solo causaras tu ruina y dañaras l reputación de esa llorona).

Si todo iba de acuerdo al contenido de la novela entonces su plan daría frutos.