Mataros Me Ensucia Las Manos

—En este momento, ¡Karen preferiría volver a la prisión! ¡Al menos allí había comida y agua, y aún podía vivir decentemente! ¡Ahora solo esperaba que Lucas le perdonara la vida, incluso si eso significaba tener que volver a prisión! En resumen, no quería morir en absoluto. ¡Solo quería seguir viviendo! —mientras lloraba y rogaba, incluso quería abrazar la pantorrilla de Lucas. Pero antes de que pudiera tocar sus pantalones, Stanley la pateó y la alejó.

—¡Tú perversa bruja, incluso puedes herir a tu hija biológica, y estás dispuesta a secuestrarla por un extraño. ¿Cómo tienes el descaro de seguir viviendo en este mundo? —Karen fue pateada y cayó al suelo. Pero rápidamente se arrodilló de nuevo frente a Lucas y lloró y rogó por misericordia:

— ¡Lucas, realmente reconozco mis errores esta vez! Definitivamente me arrepentiré. ¡Por favor, dame otra oportunidad!

—Lloraba sin cesar, luciendo muy lamentable.