Entre el brillo rosado de la mañana, los cielos eran blancos como la panza de un pez bocarriba. Rayos dorados del sol iluminaban el mundo mientras el cielo se volvía naranja.
A quien madruga, Dios le ayuda. La mayoría de los discípulos se despertaban antes para respirar la calmante brisa matutina de la naturaleza para preparar las prácticas del día.
—¿¡¿QUIÉN HA SIDO EL CABRÓN QUE HA SAQUEADO LOS HUERTOS MEDICINALES?!?
En semejante mañana pacífica, un rugido repentino destruyó la tranquilidad en el aire.
Desde que montaña Danding sufriera un robo hace más de un mes, los discípulos a cargo de la vigilancia pensaron multitud de ideas para mantenerla a salvo. Al mismo tiempo, docenas de discípulos esperaban cada noche esperando cazar al cabrón roba-hierbas.
Pero habiendo pasado más de un mes, el ladrón no volvió a aparecer. Creyendo que no se atrevía a venir, retiraron a los discípulos de la guardia nocturna.
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