Capitulo 3: El despertar
Capítulo 3: El despertar(Perspectiva de Alberto)Los vientos susurraban melodías misteriosas sobre las colinas de Celest. Allí, en la quietud de una llanura verde, una figura yacía inmóvil bajo un árbol. Los rayos del sol se filtraban a través de las hojas, pintando un mapa de sombras y luz sobre su figura.De repente, sus ojos se abrieron de par en par, revelando una mirada aturdida y desconcertada. Un mundo desconocido se desplegaba ante él como un lienzo en blanco lleno de posibilidades y misterios.Se incorporó lentamente, sintiendo la tierra bajo sus pies y el latir de su corazón. No recordaba cómo había llegado a aquel lugar y apenas podía recordar quién era, pero algo en su interior le impulsaba a explorar lo que lo rodeaba.Parte 1¿Será este aquel mundo del que tanto hablaban? Se siente muy diferente de lo que había imaginado, tan similar a la Tierra, pero por alguna razón me siento mucho más seguro.Llevaba ya un rato caminando y se preguntaba dónde se suponía que estaban. Habían viajado juntos, no podían estar tan lejos. De pronto, los vio.—Oh, Alberto, ahí estás. Estábamos hablando sobre tu siguiente trabajo —dijo uno de ellos.—Bueno, parece que llegué en buen momento, entonces —respondió Alberto.—Sí, justo a tiempo, aunque bueno, puede que no estés de acuerdo, pero tampoco tienes muchas opciones al ser una operación clasificada y ya sabes demasiado —le advirtió otro.¿Qué clase de trabajo será, para que estén seguros de que me negaré? ¿Será que quieren que me quede a investigar un poco o tal vez que me quede como su conexión?—Bueno, ya veremos. De todos modos, sabía las consecuencias desde un principio —dijo Alberto con resignación.—El trabajo consiste en integrarte a este mundo. Como ya deberías de saber, en este mundo somos inferiores a cualquier humano o raza que existe, por eso volverás a nacer como el hijo de una familia de este mundo, pero no te preocupes, la habilidad de conectar la Tierra con Celest no se perderá. Será como si fueras un miembro de tu clan inferior —le explicó el primero.—Ya veo. Tengo mucho que preguntar, pero solo preguntaré esto: ¿Qué pasará con mis recuerdos? —preguntó Alberto con curiosidad.—Eso… bueno, pues si todo sale bien, conservarás todos tus recuerdos al nacer —le respondió el segundo.Si todo sale bien, eh. No hay mucho que se pueda hacer. Alan, discúlpame, ya no seremos hermanos realmente. Espero que me llegues a perdonar.—Estoy listo. Hagámoslo —dijo Alberto con determinación.Parte 2¿Dónde estoy? Oh, al parecer todo salió bien. Todavía conservo mis recuerdos.—xxx-xxx —dijo una voz femenina.—xx-xx —dijo una voz masculina.Los que parecían ser sus padres estaban hablando de algo, pero no lograba entender lo que decían. Ah, no puede ser. ¿Dónde están los subtítulos? ¿Cómo quieren que entienda las cosas que dicen?Se veían muy jóvenes. Su padre parecía tener unos 24 años y su madre entre 18 y 20. Sí que no perdieron el tiempo. Yo apenas y logré conseguir chamba, espera un momento. Si ahora mismo tengo minutos de nacido, significa que desde que nací conseguí chamba. No, espera, desde antes de nacer. Eso significa que yo soy el legendario No hay sugerencias.Retomando lo de la edad de sus padres, esperaba que no lo hubieran tenido por obligación y solo hubiera nacido para arruinarles su juventud. No le gustaría que fuera el caso, porque entonces cuando quisieran salir a divertirse a alguna fiesta lo dejarían con su abuela o lo peor, que lo llevaran con ellos y lo dejaran dormido en una silla. NOOOOO. Rezo para que no sea el caso.Bueno, no había podido observar bien la casa, pero si podía decir algo con exactitud, sus padres tenían un mal gusto. Su habitación parecía que hubieran escogido al azar los colores. No, espera, estaba casi seguro de que así fue. Pero eso no era lo importante. Normalmente, cuando se tenía un hijo, los padres tenían la costumbre de presumirlo a toda su familia, pero no parecía que fuera su caso. ¿Será que vivimos lejos de ellos? No, no, no. No me digas que son de esos que huyen de su casa para ser felices juntos. Aunque lo dudo, tal vez sea por su mal gusto de colores. Sí, eso es lo más probable.