Se ha hablado de la existencia de seres superiores, dioses, súper humanos y también de otros mundos y universos. Pero estas no eran más que especulaciones hechas por seres humanos que deseaban ser algo más que un mero mortal.
Esta historia relata como un simple mortal amante de los cómics, termina en medio de una guerra entre un poderoso dios y una existencia con el poder de un dios, que darían todo de sí para destruirse el uno al otro.
Todo comenzó cuando una asquerosa existencia trató de invadir el territorio de un dios, causando a su paso un gran daño en el mundo creado por un dios, el cual amaba y protegía dicho mundo.
El dios gustaba de sentarse y observar el desarrollo de ese mundo, le traía una inmensa felicidad al ver que los seres de ese mundo se desarrollaban y se amaban, pero también lo hacían sentir una gran tristeza cuando se dañan entre sí.
Él con su inmenso poder podría intervenir y hacer que todos ellos se amaran, pero al hacer esto les estaría quitando la libertad para elegir, de su libre albedrío, privandolos así de su verdadera esencia. Así que, aun con todo el dolor que le provocaba cuando se dañan, había decidido que no podía intervenir demasiado con ellos y sus elecciones. Había decidido que podría aplicar castigos y recompensas a quienes lo merecían cuando sus almas llegaran a él después de sus muertes.
…
Un día se escuchó un ruido que provenía desde lo profundo del universo así que dios fue a inspeccionar, después de mucho tiempo de no haber encontrado nada fuera de lo común volvió a su lugar de residencia, un hermoso castillo de oro desde el cual solía ver el mundo que le costó tanto crear.
Al regresar, se encontró algo que no esperaba, ante sus ojos se mostraba la escena de una desagradable mano que salía de una grieta en el espacio tratando de arrancar su precioso mundo, el mundo que amaba ver y proteger desde su hogar.
Al ver la aborrecible mano robando su preciosa creación enfureció tanto al dios que se apresuró a recuperarlo, lamentablemente en su rabia no controlo su hirviente poder y su enorme fuerza, que al querer tomar el mundo de regreso terminó dañando a muchos de los seres que vivían en él. Dios aun en su gran ira creó una lanza dorada desde la nada y la arrojó hacia la repugnante mano atravesando de lado a lado provocando que esa existencia sufriera una gran agonía.
Este repugnante ser al haber sido herido por el dios entendió que no sería fácil llevarse a este mundo así que decidió rendirse e irse del territorio de dios, pero antes de que pudiese irse él dios lo hirió una vez más con una gran cantidad de flechas doradas que viajaron más allá del portal espacial al instante, justo después de haber sido creadas, haciendo que este se cerrará abruptamente no sin antes dejar salir un grito desgarrador proveniente desde el otro lado.
Después de esta breve batalla, el dios cuyo desenfreno había disminuido, volvió su atención hacia su amado mundo, lo que vio le horrorizó y lo hizo llorar. En el lugar en el que antes había un extenso mar ahora se encontraba un vasto desierto, las zonas frías ahora ardían en un inmenso mar de fuego y lava, en las zonas calurosas ahora no había más que un frío páramo de hielo y nieve.
Su tristeza se incrementó al ver que de los cientos de millones de seres que él había creado, solo uno había logrado sobrevivir. Un humano, su cuerpo estaba desgarrado y le hacían falta la mayoría de sus extremidades, sus piernas y un brazo, su situación era precaria pero sorprendente solo él pudo sobrevivir por algún milagro, suerte o el destino que logró mantenerlo con vida.
Dios en un instante formuló un plan, sabía que no podría traer de regreso a los demás seres como solían ser, pero si podía volver a crearlos y esta vez los haría más fuertes en caso de que ocurriera algo similar.
Rebobinando el tiempo del mundo, todo volvió a ser como era antes, excepto por la falta de los seres vivos de ese mundo.
Todo había vuelto a la normalidad, las almas de los seres humanos aún podrían reencarnar pero no existía un recipiente para estas, hacer humanos era distinto debido a que tomaría un mayor esfuerzo en comparación con hacer animales o plantas, las almas humanas tendrán que esperar hasta que los recipientes humanos estén listos para que estas puedan habitarlos.
Dios había planeado crear un ser femenino de la carne y sangre del último sobreviviente, pero ocurrió algo inesperado, el último humano le transmitió una idea, un plan y un futuro donde todo volvería a ser como antes y donde nadie más podría volver a amenazar a su mundo y el territorio de dios. Plan en el que se daría un ejemplo de lo que pasaría cuando algo o alguien tratase de dañar las creaciones de su dios creador.