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Capítulo 37 – ¡No Lo Hice A Propósito!

Éditeur: Nyoi-Bo Studio

Nadie esperaba esto. Todo pasó tan repentinamente.

Incluso Nian Xiaomu estaba estupefacta y se quedó dónde estaba.

Cuando entró en razón y quiso dar un paso atrás, ya era muy tarde. Ella sólo pudo ver como el tazón de sopa inevitablemente era derramado sobre ella.

En ese instante, una esbelta figura obstruyó su paso a la velocidad de la luz.

Se inclinó, agarró sus hombros y la apretó contra su sólido pecho.

—Buah…

La sopa caliente salpicó directamente sobre la espalda de Yu Yuehan.

*¡Bam!*

Cheng Xiulu nunca esperó que la sopa le salpicara a Yu Yuehan.

Temblorosa del miedo, ella dejó caer el bol, el cual se rompió en pedazos inmediatamente.

Su cara palideció instantáneamente. Vio como la ropa de Yu Yuehan estaba empapada y tartamudeó: —Yo, yo no lo hice a propósito...

—…

Yu Yuehan abrió su puño y se volteó lentamente. Sus ojos brillantes destellaban sanguinariamente, al igual que un aura infernal.

Al ver esto, Cheng Xiulu caminó hacia atrás inconscientemente, y su cuerpo tembló vigorosamente.

Cuando llegó a la esquina de la mesa del comedor, su garganta se atragantó.

Al instante en el que ella quiso gritar, Yu Yuehan apretó los puños de sus manos sobre su cuello. No podía emitir ni un sólo sonido y sólo pudo apretar sus dientes.

—No le pego a las mujeres, pero si no te controlas aún, ¡no me importa hacer una excepción contigo!

Al culminar su frase, soltó su puño. Débilmente, Cheng Xiulu cayó al suelo sentada sobre los pedazos de porcelana del tazón que se encontraban en el piso.

—¡Ay mi, mi trasero!

Nadie se rió de sus gritos.

La Matriarca Yu avanzó apresuradamente con su bastón: —Yuehan, tu ropa está mojada. ¿Te quemaste? ¡Mayordomo, apúrate y llama al doctor!

Al escuchar estas palabras, Nian Xiaomu, quien tenía su mirada perdida, finalmente movió sus globos oculares.

Mientras miraba con perplejidad al caballero parado al frente de ella, la escena de él apareciendo de la nada e impidiendo el paso, se repetía constantemente en su cabeza.

Desde el principio, ella pensó que él la odiaba y que quería ahuyentarla sin distinguir, en primer lugar, el bien del mal.

Pero ahora...

Había un conflicto en el corazón de Nian Xiaomu.

Su corazón palpitó con tanta fuerza que no pudo pronunciar ni una palabra.

—Estoy bien, sólo necesito ir al piso de arriba para cambiarme de ropa.

Yu Yuehan calmó a la alarmada Matriarca Yu, levantó su mirada y se preparó para subir las escaleras.

Al ver esto, Nian Xiaomu lo siguió. Estas acciones eran como si ella estuviese poseída por un ente paranormal.

En el cuarto principal del segundo piso.

Nian Xiaomu llevaba un kit médico. Por un momento dudó en seguir adelante.

Se disponía a tocar la puerta, levantó la mano y se dio cuenta que le puerta estaba entreabierta.

—Yu Yuehan, voy a entrar —al terminar su frase, dio un paso adelante y empujó la puerta. En seguida vio su torso desnudo voltearse hacia ella.

Un color crema encantador cubría su erguido y sólido pecho.

Esos músculos abdominales perfectos, esas líneas suaves…

La figura de un Mister Universo acompañada de excelentes rasgos faciales…¡Era demasiado diabólico!

—¿Has visto suficiente? —Una voz enojada retumbó.

Nian Xiaomu recobró sus sentidos con un sobresalto, y finalmente se dio cuenta de sus acciones anteriores. Con una mirada de vergüenza dijo: —Tuvo una quemadura por tratar de salvarme. Puedo ayudarle a colocar vendaje a su herida.

Fue ella quien sirvió la escudilla de sopa. Aunque sabía que no estaba hirviendo como lo hizo ver Cheng Xiulu, igual tenía cierto nivel de temperatura caliente.

Quien se quemara con ese líquido, no podría quedar sin heridas.

El actuó tranquilamente, a propósito, porque quería aplacar a la Matriarca ¿correcto?

—¿Tú? —Yu Yuehan levantó sus cejas y la miró de refilón.

Parecía tener sospechas de ella.

—No me mire con la perspectiva de un perro. Aunque haya recibido mi certificación en un corto periodo de tiempo, ¡eso no quiere decir que no soy profesional! —Nian Xiaomu escupió esta serie de palabras. Él había logrado agitarla.

Luego, ella se percató que lo había llamado perro…

¡Levantó su cabeza y observó los ojos fríos de Yu Yuehan mirándola!