Cuando vio a Ning Xi charlando con Jiang Muye durante tanto tiempo, la expresión de Lu Tingxiao se endureció. —Es hora de tomar tu medicina.
—Oh, oh... ¡Ahora mismo! —Ning Xi colgó.
Justo cuando estaba preparada para devolverle el teléfono a Lu Tingxiao, sus ojos se abrieron de par en par.
¡En el salvapantallas del teléfono estaba su propia imagen del parque temático!
Era una foto tan juguetona. Pensó que Lu Tingxiao sólo los estaba acomodando y que no le gustaba, pero quién sabía...
Suspiró, ¿cómo podía el diablo ser tan ardiente y a la vez tan adorable?
Ella realmente quería hacer de esa foto su salvapantallas en su teléfono también. Lamentablemente, su ocupación no permitía tal cosa, lo que sin duda causaría un escándalo innecesario.
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