Lo que sucedió parecía muy normal, pero el hecho de que Tesorito saliera con ella todo el día obedientemente era una hazaña increíble que nadie más podría lograr excepto Ning Xi. Incluso si hubiera sido Qin Mufeng, quien había sido el psicólogo de Tesorito durante muchos años, no había mucho en lo que pudiera ayudar ahora.
Solían pensar que Tesorito había llegado a su límite con solo poder comunicarse con palabras sencillas, pero los dos besos que expresó hoy los sorprendieron enormemente.
Aún quedaba esperanza para la recuperación de Tesorito. Tal vez algún día, él volvería a ser un niño normal, se reiría con ganas y sería capaz de relacionarse estrechamente con la familia.
Tal vez incluso podría hablar ...
La clave de su recuperación estaba en esta mujer que inicialmente pensaron que podría dañar a Tesorito.
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