Capítulo 129 – Como un espíritu seductor

Su Yan y Ning Xueluo volvieron al camerino, ambos sintiéndose frustrados. Ning Xueluo estaba de pie frente a él, desconcertada, se le salían las lágrimas.

—Su Yan, ¿crees que es mi culpa? Me culpas de no poder cumplir con el pedido de Ning Xi —preguntó Xueluo.

Su Yan amorosamente se acercó para secarle las lágrimas: —¿Cómo podría culparte?

Ning Xueluo inmediatamente saltó en sus brazos, como si hubiera sido perdonada y dijo:

—Hermano Yan, gracias. Gracias por creer en mí y entenderme. No son ni las riquezas ni el estatus de la familia Ning lo que no puedo dejar atrás, pero simplemente no puedo abandonar a papá y a mamá. Tan sólo con pensar en eso, tan sólo con pensar que nunca los volveré a ver...