—¡Ah! —Ning Xi se agachó y palmeó la cabeza del panecillo.
—¿Cuándo volverás?
—Aún no estoy segura, pero te haré una videollamada.
—¡Quiero un abrazo!
Ning Xi le abrazó durante un rato.
—¡Quiero un beso!
Ning Xi besó su frente.
Sólo después de mucho tiempo Ning Xi finalmente se fue.
Lu Jingli fue testigo de todo el proceso de la separación del panecillo con Ning Xi.
En el momento en que Ning Xi se fue, Lu Jingli se acercó al panecillo y dijo:
—No estés triste, Tesorito, el segundo Tío puede darte abrazos y besos. ¡Ven con el Segundo Tío!
La gentil mirada del panecillo permaneció centrada en su madre antes de mirar seriamente a Lu Jingli.
—Segundo Tío, soy el bebé de mi madre. Si quieres uno, búscate uno tú mismo.
Lu Jingli se quedó sin palabras. ¡Sentía como si le hubieran disparado múltiples flechas a través de su pecho!
—¡Hermano! ¡Mira a tu hijo!
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