Dante continuo caminando por el camino de barro rodiado de completa oscuridad. Al viejo cada paso que realizaba en el barro le costaba bastante, por lo que el cansancio empezó a apoderarse del cuerpo de Dante.
Pero lo más molesto de la situación estaba siendo que por mucho que el anciano caminara: al final del camino no podía verse por delante. Dante llevaba varias horas caminando sin rumbo en la completa oscuridad y no notaba nada diferente en su entorno al pisar el barro; esta situación de no sentir el avance estaba empezando a afectar la cabeza del viejo, el cual a estas alturas dudaba si de verdad estaba avanzando en el barro o solo estuvo caminado en el mismo lugar por horas.
Dante siguió caminando por unas horas más hasta que se terminó agotando del todo, por lo que decidió sentarse a descansar un rato para recuperar el aliento. El viejo se puso a reflexionar seriamente si había algo raro en el camino: por lo cual no pudiera salir de este piso. Sobre todo, Dante se puso para meditar si matarse o no tres veces y ver si la podía salir de este sitio usando al túnel tras la muerte.
Pero mientras meditaba sentado en el barro, Dante comenzó a darse cuenta de que su cuerpo se estaba hundiendo en el barro.
—Podría probar dejarme succionar por el barro...—Dijo Dante con la voz cansada por haber caminado tanto.
Dante probo meterse dentro del barro, pero el viejo empezó a darse cuenta de que su cu cuanto más luchaba por entrar en el barro más complicado se volvía entrar. Por lo que la clave para ser chupado por el barro estaba en quedarse sentado y esperar.
Al darse cuenta del truco, Dante dejo de hacer nada y espero con calma en el barro, mientras miraba como su cuerpo se hundía. Pero a medida que el cuerpo viejo se hundió en el barrio, los nervios en Dante comenzaron a aflorar y con preocupación reflexionó consigo mismo:
—Si me llego a quedar atrapado hasta el cuello y no termino de hundirme... voy a tener que estar días hasta morir de sed, va a ser una tortura terrible: es una pésima idea tentar así a la suerte!
Con miedo a vivir esa tragedia, Dante comenzó a luchar para salir del barro, pero ahora cada vez que el anciano luchaba por salir más líquido se volvía el barro y más rápidamente su cuerpo se hundía.
Dante notó que ya no había escapatoria y con desesperación hundió su cabeza en el barro como un avestruz; de esa manera el viejo se aseguraría morir asfixiado antes de probar si este barro tenía fondo o no.
Cuando Dante hundió la cabeza en el barro, su cuerpo paro de hundirse en el barro y en unos minutos el viejo murió asfixiado.
Dante volvió aparecer en el túnel de barro de forma inmediata y maldijo en voz alta:
—Al parecer el barro es la trampa de este sitio, si quieres salir tienes que caminar sin descansar nunca... ¿Y la piedra que habla? ¿Cómo logro la piedra no hundirse en el barro? Debe haber algun truco que no estoy entendiendo.
Al decir eso, Dante continuo caminando por unas cuantas horas más, ahora su cuerpo ya no estaba cansado, pero su mente se estaba agotando a medida que el tiempo pasaba y nada se sentía distinto en la oscuridad absoluta.
Dante caminó y camino por horas, hasta que su cuerpo se derrumbó en el barro y cayó de espaldas sobre el barro, esperando morir y volver a estar en condiciones para continuar su marcha para encontrar la salida.
Lentamente, el cuerpo de Dante se fue hundiendo de barro hasta que su nariz se hundió y el viejo comenzó a asfixiarse por no poder respirar. El viejo no luchó, sino que espero tranquilamente su muerte; resistiendo su impulso de tratar de sacar la cabeza del barro para respirar.
Finalmente, Dante perdió la conciencia y despertó con aturdimiento mirando la luz blanca en el techo.
—Este infierno nunca va a dejar de sorprenderme...—Murmuro Dante mirando a la lámpara en el techo de la habitación donde había despertado.
Al parecer el viejo no había muerto, sino que Dante debía hundir su cuerpo completamente en el barro para lograr salir del piso. La única manera de hacer eso era dejando que tu nariz sea lo último en hundirse o logrando aguantar la respiración lo suficiente para no morir en el barro con alguna parte de tu cuerpo en la superficie.