—Así que díganme qué desean saber aquellos que me han llamado—volvió a hablar aquella voz tétrica y ronca, provocando un nuevo escalofrío en mí.
Me había quedado en shock, no sabía qué hacer ni decir, no me sentía capaz de mover el mínimo músculo de mi cuerpo y los demás parecían estar en el mismo estado que yo. Apenas ni podía pestañear lo cual era de las cosas más insignificantes y sencillas del mundo y a mí me estaba pareciendo una batalla titánica, yo tenía mis creencias sobre los mitos y leyendas, sobre criaturas y seres que no pertenecen a nuestro mundo. Pero, nunca me había enfrentado a algo similar como lo que me estaba sucediendo ahora, pero tenía que ser valiente, ya que fue mi propia decisión hacer esto.
Tragué saliva y me dispuse a hablar porque yo tenía un deseó y está cosa sea lo que sea podía cumplirlo.
—Y-o quiero que me cumplas un deseó que nadie, puede hacer realidad—logre decir, aunque al principio sentía, como se me atoraban las palabras en la garganta.
—Yo cumpliré lo que tú deseas y les responderé tres preguntas, las cuales nadie ha sido capaz de darles respuesta—decía la extraña voz, capaz de con una palabra hacerte sudar tan frío como el hielo y poner tus pelos tan duros como escarpias—Pero a cambio, me darán una simple cosa—agregó al final.
—¿Qué es lo que debemos darte? —logré decir después de unos segundos.
—Me entregarán vuestras sombras—dijo la voz nuevamente, haciendo una leve pausa en cada palabra y énfasis en sombras.
—¿Cómo te entregaremos nuestras sombras, aunque decidamos hacerlo no es algo que podemos tomar y dártelo—interrogué algo curiosa, pero a la vez confundida?
—No te preocupes de eso que de tomarlas me encargo yo, solo necesito una cosa—dijo haciendo una pausa—Vuestra palabra de que me las entregarán y los cuatro deben estar de acuerdo—finalizó la voz como esperando mi respuesta.
Llevaba todo este tiempo hablando y los demás no habían dicho una sola palabra, no sé si esto se debía a que estaban tan asustados en un principio como yo o ellos no escuchaban esa terrorífica voz.
—Chicos, han escuchado todo lo que he hablado y lo que ha dicho esa voz—les dije y esperé su respuesta...
El que hablo fue Mike, que se encontraba de frente a mí.
—No has estado hablando con solo una voz. Detrás de ti hay una figura oscura, como si esta estuviera hecha de sombras, sin facciones o forma exacta. Y has estado respondiendo a todo lo que está dice, aunque aún no la has visto. Pero lo mejor es que no lo hagas—terminó de decir Mike y aunque no veía su rostro, sabía que lo que estaba viendo lo tenía horrorizado porque no había ni un ápice de valentía en su voz, lo cual es una característica de él que ahora no estaba por ningún lado presente.
—Pues han escuchado lo que nos ha pedido, ahora solo quedaba saber sus respuestas, porque yo si pienso entregarle mi sombra, ya que, si tengo la oportunidad de volver a ver a mi hermana, aunque sea un segundo lo haré—les dije esperando que quisieran aceptar también porque los cuatro deberíamos estar de acuerdo si no esa cosa no haría nada. Y la verdad es que quiero muchísimo volver a ver a Melissa, hubo tantas cosas que no nos pudimos decir a antes de que se fuera y todo por culpa de ese maldito borracho que se saltó un stop y termino llevándose por su imprudencia la vida de mi hermana. Esperó la verdad que se esté pudriendo en la cárcel y que de ahí no salga jamás es lo mínimo que se merece.
Brin fue la primera romper el silencio que se había vuelto a crear y ella dijo...
¿Hola qué tal? ¿Cómo están todos?
Espero que les esté gustando la historia hasta donde han leído. Las cosas aún se pondrán mucho mejor. Bueno ya sin más que decir me despido, si les gustó el capítulo no se olviden de dejar su voto y comentar.
|Daynier M