¿Solo... Rong Haiyue? ¿Cómo pudo aparecer allí de repente? Su Qianci sentía que estaba soñando. Mirándolo, ella pronto gritó:
—¡Sr. Rong, corra!
Era peligroso, ¡demasiado peligroso! Esta vez, lo que enfrentaban eran más que unos pocos vándalos que trabajaban para la Sra. Tang. Esta vez, eran una banda de narcotraficantes con más de un arma.
Rong Haiyue escuchó los gritos de Su Qianci, giró la cabeza y miró hacia atrás, pero Tang Zhenghao aprovechó la oportunidad y de inmediato se defendió. Tang Zhenghao era gordo ahora, pero cuando era joven, también fue miembro del ejército. Su fuerza era bastante significativa. En ese momento, al presionar a Rong Haiyue contra el suelo, lo estranguló con sus gordas manos, tomó el tubo de acero que tenía a su lado y estaba listo para balancearlo.
—¡No toques a mi padre! —gritó Rong Anna, pero Tang Zhenghao no se detuvo, moviendo el tubo hacia la cabeza de Rong Haiyue.
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