[Capítulo 5: El Último regalo antes de despertar, era un recuerdo aterrador]

Al séptimo día de mi vida en este mundo similar a un espejo, me desperté en los zapatos de alguien más.

¿Quizás era la persona que me escribió esa carta?

Realmente no lo sabía, pero lo que sí sabía, era que todo lo que veía era importante.

De hecho, todo empezó en el eterno vacío del cosmos, allí se podían ver dos siluetas de aspecto borroso, eran pequeños trozos de luz similares a trozos de cristal, flotando entre los pliegues de esta frágil realidad, pero mientras lo hacían, sus cuerpos se rompían.

Como luciérnagas rodeando una vela, su encuentro parecía predestinado, como dos amantes que juraron vivir juntos por la eternidad.

Y cuando sus trozos se encontraban podía sentir su anhelo. Su amor.

Pero aunque la vista desde lejos parecía un encuentro hermoso, esos trozos de luz jamás podrían juntarse.

Siempre había algo que los separaba. Ya sea por el cosmos que los corroía o el tiempo que los borraba, simplemente les tocaba esperar su destino en silencio...

"Como el 'Vacio' en el nombre con el que fueron llamados."

...

Quizás para Dios ellos eran algo que nunca debería ser visto por nada ni nadie, algo que nunca debería existir...

Pero un fallo lo permitió, ese fallo era un recuerdo, el recuerdo de un sistema...

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O al menos eso parecía, pero incluso si me equivocaba, mis ojos que vagaban por la nada en busca de una continuación, se cortaron de repente.

Todo se volvió negro azabache, pero como si 'eso' me respondiera.

Mi visión se distorciono y todo lo que tenía en frente se desvaneció para mostrarme el peor de los recuerdos que había tenido hasta ahora.

Pero... ¿Quizás esta era solo otra advertencia?

Como un último regalo antes de poder despertarme...

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De repente, frente a mis ojos, el mundo estrellado que adornaba la noche, fue reemplazado por un mundo fragmentado.

Pero ahora no estaba solo, allí también había alguien que conocía bastante bien, era el escritor que me mostraba su pasado.

Él quién tenía el cabello rojizo y los ojos dorados, no solo me acompañaba en la que podría ser mi ultima visión, su cuerpo casi transparente también me mostraba algo más.

Era un anillo de aspecto antiguo, pero ese anillo estaba sujetado por los 7 hilos que salían de mi pecho.

Pero cuando quise preguntar por la situación. Lo escuché:

"Ese día el cielo se rompió como cristal..."

De pronto, el constante caos que se desarrollaba frente mis ojos me dejó aturdido. Pero no era por el impacto, era por uno de los primeros recuerdos que tuve al despertar.

Era obvio, esa batalla era tan similar a como la recordaba, las mismas calles, el mismo diálogo e incluso las muertes fueron iguales, prácticamente era como ver la repetición de algún tipo de película que desearía poder terminar o quizás solo sea un sueño...

"Sin duda sería fácil pensar algo así, una pesadilla también sonaba bien, al menos eso tendría un final, pero desgraciadamente no lo era. Esto era real y como tal, no había escape."

Lo sabía. Ya sea vivir o morir, ya sea que luche o trate de escapar, ruegue o pelee, para la persona frente a mi, su destino ya estaba decidido.

Pronto... 

Aquellos miedos que se mantenían ocultos dentro de su alma volvieron a surgir.

Aquella maldición que lo perseguía desde su primer encuentro...

Aquella maldición conocida como... 『 Karma 』

Allí también entendí quien era él, ese hombre que me parecía tan familiar, casi un calco de mi rostro, no era nadie más que aquél trozo de cristal.

Sin embargo, no era del todo malo, él todavía podía verla, podía tocarla y también podía protegerla y mientras el continuaba con la mente lejos del lugar, la escuché.

Era el grito ahogado de una mujer con el cabello rosado, pero eso no fue lo que me despertó del trance, era otra cosa, la destrucción del mundo.

Pero obvio, aquello no era una pelea a corta escala, era una masacre, una utopía que no debería existir...

Un pasado machado por su futuro olvidado.

『 Un futuro perdido 』

"Ese día la lucha pareció extenderse por horas, pero solo fueron minutos..."

El hombre a mi lado me habló. Pero lo único que veían mis ojos era la feroz batalla entre humanos y dioses.

Era el ragnarok a pleno derecho, sin embargo, aquel mito que veía desde la distancia parecio arrastrar visión al centro del abismo.

Ahora sabía que entre esas personas que peleaban, estaba yo.

Pero incluso con eso, quería luchar por mi destino, o al menos ver que no era una lucha sin propósito.

...

Pero después de haber perdido las fuerzas para seguir luchando, luego de tratar desesperadamente de ganar, lo recordé, mi primera vida...

Una vida envidiable, pero como cualquier otra, una vida sin sentido...

"Ahí fue cuando lo sentí, aquella sensación olvidada que traté de borrar para cumplir con mi propósito".

Sus palabras me parecieron vacías.

Aquel ira que trató de consumirnos, aquel miedo de volver a perderla o su dolor de no poder recuperarlo; las miles de sensaciones que me atacaron, me trajeron un agrio sabor metálico en la boca, era sangre.

Todavía podía sentirlo.

Debido a su rabia e impotencia de no poder hacer nada más que solo mirar, tuve que apretar los dientes por mi inutilidad mientras la veía morir.

Pero yo lo sabía, algo así era difícil de superar, o quizás ese era su destino...

Después de todo, ese hombre solo era otra alma luchando contra el mundo...

Pero, y si fuera él...

¿Algo cambiaría?