[Capítulo 13: Acosadores — 【Kombu Girl】(Parte 2)] 【Ecchi】

Un beso tras otro, una caricia por otra. Un inicio forzado por el alcohol y algo de placer para borrar sus miedos.

Así se desarrolló el día de Ryan.

Tocando la suave piel de tono oscuro, mientras exploraba aquel misterioso mar de algas, disfrutando de ese gusto culpable al punto de que era extraño mantenerse cuerdo de tantas caricias.

Ryan se sintió fascinado; esto no era como sus anteriores encuentros con las chicas de este mundo, esto era suave, dulce y un poco adictivo.

Esto fue una cura para él, pero ahora no importaba, ya sea Saitama o Genos, esos eran problemas menores, ahora lo entendió. Su vida era suya y debía luchar por ella.

Rendirse por un poco de dolor no era como un protoss debe actuar y mucho menos él. Ya no importaba sí había perdido a Prometeo, jamás lo usó y ahora que perdió a Fiulo tampoco debía de estar triste, ella volverá...

Ryan rápidamente se perdió en el placer junto a su pequeña compañera. Pero al mismo tiempo encontró su camino, él no era un personaje para ser pisoteado por Saitama y aunque podría pasarle, aún no había perdido su esperanza.

Después de todo, Ryan todavía tenía sus habilidades de protoss. Siendo más exactos, su habilidad número 8: Rechazo de vida.

Pero bueno, ahora no era el momento de hablar de habilidades o peleas, ahora solo importaba una cosa y eso era ella, la pequeña Chica Kombu.

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Rozando esa piel llena de olores delicados, rozando sus labios azucarados y disfrutando de su dulce beso acalorado, un sueño para ella que le fue negado.

Fue por esa acción intensa que le produjo varios gemidos armonizados.

Por esas manos le recorrían la piel mientras sus piernas se retorcían por el placer que sentían.

Prácticamente era una bestia que buscaba algo más, pero para ella era enorme o al menos así le parecía.

Pero aunque el miedo la frenaba, esa era su meta, ella lo quería a su lado, lo quería en su interior.

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Ryan a su vez, se perdió en la lujuria, como un lobo buscando ovejas, disfrutó de su presa. Mordiendo suavemente su piel almendrada y dándole varios besos en su hermosa clavícula, recorrió con sus manos por sus suaves caderas mientras violaba el interior de sus labios y acercaba sus manos a su pequeño tesoro.

El sentimiento del miedo y las expectativas rápidamente la llevaron a volar mientras sentía la erección de su compañero presionando sus delicados pliegues.

Era obvio.

Había llegado la hora para dar el último paso, ahora solo los separaba la fina tela que cubría a la bestia y a pesar de que ambos lo deseaban, Ryan dejó de moverse.

Ahora no podía seguir con esto cuando tenía otras cosas en la cabeza.

Y aunque era frustrante, el placer sería para otra ocasión, ahora solo debía dormir ya que mañana sería el juicio final de Saitama.

Y luego de despedirse de su pequeña seguidora, Ryan volvió a su 'hogar', ahora solo quería acabar con esto y poder disfrutar como se debe de este mundo.

Pero lastimosamente las cosas no siempre son como se espera. Aveces algo de alcohol suele romper a las personas y como suele pasar en estos casos llenos de placer, algo pronto se rompió...

Y así fue como su noche se llenó de sonidos y su día se llenó de sorpresas.