Una vez que no se podían escuchar las voces del grupo, Liss se apoyó en la puerta llorando, entonces se arrepintió de no escuchar las advertencias de su criada y lloro más aún.
"Señorita podría hacerme un favor y desatarme, si lo hace le prometo que la sacaré de aquí" de repente una voz sonó en la habitación interrumpiendo el llanto de Liss.
"Aaaaaaaa aaaaaaaa aaaaaaaa" Liss miró la dirección de la voz y era el cadáver que no sabe cuando se había dado la vuelta, su rostro se puso pálido del miedo y entonces se puso a gritar desesperadamente.
"Si gritas así de fuerte esos tipos podrían escucharte y volverán, entonces ya no habrá salida para los dos" el supuesto cadáver habló en voz alta causando que Liss se calmara y dejará de gritar.
"Señor cadáver por favor no me coma le aseguro que mi carne no sabe bien, se lo ruego por favor no me coma" Liss empezó a rogar en voz baja con su espalda apoyada contra la pared y las lágrimas no dejaban de salir.
"Puedes estar segura de que no te voy a comer"
"En serio?" Preguntó con algo de duda y poco a poco Liss se fue calmando y sintió que algo no estaba bien.
"Muy en serio, así que puedes venir a desatarme para que podamos huir de aquí" el cadáver volvió a hablar para tranquilizar a Liss y que lo desatara.
"Espere un momento señor cadáver usted no está muerto, leí en los libros que los muertos vivientes no pueden hablar" Liss habia leyó anteriormente una novela sobre muertos vivientes, es por eso que estaba asustada en un principio.
"Claro que no estaba muerto solo fingí estarlo para después escapar de aquí, además no me llames cadáver eso me traerá mala suerte así que vamos a presentarnos formalmente".
Las palabras del cadáver quitaron un peso de encima del corazón de Liss, ahora estaba segura de que este hombre no era un cadáver.
"Mi nombre es Liss Antonieta Román Valentín, soy la hija del Conde Bastian Román si me salvas mi padre te dará lo que quieras" Liss vio en el hombre la esperanza de salir con vida de este lugar, así que se presentó primero y su estado para que el hombre la llevara con el.
"Mi nombre es Romeo y no tengo apellido como puedes ver soy un plebeyo, en cuanto a tu padre no se de el, puesto que es la primera vez que vengo a este reino y no conozco nada de la nobleza local" Romeo se presentó y sorprendió a Liss, no esperaba conocer a un viajero de otro reino en estas circunstancias.
"Salvame por favor y mi padre te concederá cualquier deseo" Liss estaba en la desesperación hace un momento y ahora está llena de esperanza.
"Entonces si le digo que mi deseo es casarme con su hija me pregunto si estará de acuerdo" Romeo habló causando que Liss quedara en shock, como pudo este hombre tener ánimos para bromas en este momento.
"No bromees por favor lo que digo es en serio, si me salvas mi padre te recompensara" Liss estaba ansiosa en este momento.
"No estoy bromeando en cuanto te vi me enamoré de ti, como pueden esos tipos bárbaros tratar a una mujer hermosa de esa manera" el tono de Romeo era muy serio y sus ojos miraban a los de Liss directamente.
"Como puedes estar tan seguro con solo ver a una persona por primera vez, en estas cosas primero tienes que conocernos y luego decidir" esta vez la voz de Liss era tan baja como el sonido de un mosquito, Romeo apenas pudo oírlo con su excelente capacidad auditiva.
"Entonces por el bien de nuestro futuro juntos, que tal si me desatas primero".
"Está bien ya te voy a ayudar, como puedes decidir las cosas por ti mismo sin pedir mi opinión" Liss siguió hablando en voz baja mientras se acercaba a Romeo y le ayudó a desatar la cuerda.
"Listo es hora de que salgamos de aquí mi querida Liss" una vez libre Romeo sonrió dulcemente a Liss mientras se preparaba para escapar del lugar.
"Cómo escaparemos si todo está cerrado por fuera, tienes que pensar en algo antes de que vuelvan, y ademas no me llames querida" Liss hablo en voz baja debido a su timidez.
"No te preocupes es muy sencillo, estos lugares así de viejos por lo general no son muy resistentes, presta atención a esto" entonces Romeo tomo carrera y luego le dio una patada a la ventana y está ultima no resistió el impacto y se rompió.
"Las damas primero".
Con la ayuda de Romeo Liss salió primero un momento después el la siguió.
Justo cuando pensaron que estaban libres se escuchó un grito en la distancia, "se están escapando persiganlos".