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Volumen 1: Capitulo 26

Gira su cabeza hacia Erika y sus ojos brillan al decir eso.

Estaba muy feliz y emocionada por ver las armas de su apóstol.

Una de las seis armas apareció de el agujero y con un flote rápido la acostó en el suelo, a un lado de donde el se encontraba.

Con el espejo observo y se imagino como si el mismo estuviera en la mira apuntando.

Podía ver a la perfección los trajes azul marino de los soldados.

Su mirada estaba clavada en la cabeza del soldado que estaba disparando a lo loco con la ametralladora.

Desde su propia mente dio la orden y la bala salió del arma.

Erika salto del hombro de Seren al escuchar el ruido del disparo y callo hacia atrás.

Estaba completamente encrespada.

Luego de ese disparo, recargo rápido y pudo observar por el espejo la cara de asombrados de los soldados y aquella perra.

Esas expresiones lo hicieron sonreír de una manera bastante retorcida.

"¡Ah, esto es maravilloso!."

"Hacía tiempo que no podía sentir el precioso ruido de mis disparos."

"Ver el tiro en la cabeza me da mucha satisfacción."

Ríe levemente con una expresión seria.

Al instante hace aparecer sus otras cinco armas y abre fuego excepto con una de sus armas.

El ruido fue magnífico.

Las balas saliendo al mismo tiempo.

El ruido del cerrojo también lo era y eso le encantaba a Seren.

Todos los soldados cayeron al suelo. Sólo uno quedó vivo.

La mujer esa estaba viva.

No es que Seren haya errado la bala, solo decidió no dispararle.

Ella estaba en el suelo con un rostro sorprendido mirado hacia el fondo del pasillo desde atrás de la puerta.

El Apóstol espero unos segundos para ver si alguien más aparecía y tras no ver a nadie disparo la bala que había dejado en una de sus armas.

Gracias a esto pudo probar su habilidad y le había encantado.

Con esto Seren había podido comprobar algo que le daba un gran alivio. Pudo crear balas y ahora no tenía la necesidad de comprarlas.

Las balas que había creado funcionaban igual de bien que las normales.

"¡Genial! Las balas funcionan, ahora me queda probar si esa bala funciona."

Mira de reojo el arma que tenia en esa bala y sonríe con sus ojos rojos brillantes.

Con esa sonrisa un poco retorcida dice en un tono tranquilo "¡Fuego!."

La bala sale y golpea contra el marco de la puerta.

En el segundo que golpeo contra esta puerta la bala exploto tan fuerte, que se pudo oír por toda la cárcel.

El marco de la puerta había volado por completo.

Incluso las celdas de los alrededores quedaron destruidas y como ya había pensado, se encontraba bajo tierra, ya que al destruirse algunas de las paredes pudo ver como la tierra caía de algunas paredes.

Por otro lado, Seren estaba impactado.

"¿¡Funci…ono!?."

….

No podía creerlo.

Había funcionado.

"¡¡¡FUNCIONO!!!."

Grito muy feliz mientras se levantaba del suelo y sus seis armas desaparecían.

Por mucha sorpresa que tuviera Seren, la más impactada era Erika.

No sabia lo que había sucedido, pero ese aterrador ruido la dejo temblando.

Erika se acerca con sus pequeñas patas y salto hacia su hombro.

"¿Qué fue ese ruido?."

Menciona un poco asustada.

"Eso que escuchaste es la segunda munición que cree."

"Al principio cree la munición normal para mi rifle, pero después pensé ~si puedo crear balas, entonces puedo crear de varios tipos ¿verdad?~."

"Ese fue mi pensamiento, así que busqué crear una bala que tuviera la misma función que una granada y sorprendentemente lo logre. No pensé que fuera posible, pero gracias a tu poder pude hacerlo. Con esto pude descubrir que puedo desarrollar un sinfín de cosas."

"Sin duda con este poder podremos sobrevivir y conseguir muchas cosas como equipo."

La Diosa se queda totalmente sorprendida.

Estuvo dos segundos sin hablar hasta que una gran sonrisa apareció de su rostro y salió hacia la cara de su Apóstol mientras gritaba "¡Muchas gracias, Seren."

En tanto daba ese salto repentino desde su hombro a el rostro el le grita "¡¡ME VAS A ARAÑAR TODA LA CARA!!."

Seguido de ese grito, pudo notar como en los ojos del gato unas pequeñas lágrimas salían.

Decidió no decir nada y dejarlo pasar, pero si sufrió de los arañazos.

Mientras abrazaba con sus pequeñas patas no dejaba de agradecerle por ser su apóstol.

Seren se saco a la fuerza a la gata de su rostro.

El rostro tenia uno que otro arañazo, pero no se preocupo mucho por ello, ya que estaba mucho más preocupado porque esa perra se escapara, así que a penas corrió a la gata de su cara, la puso en su hombro y corrió por el pasillo hacia la puerta.

En tanto se dirigía a la puerta hecho un pequeño grito para avisarle a los que estaban más atrás que todo había terminado y ahora podían huir.

Tras haber llegado a la sala se encontró con una habitación bastante normal. Era un lugar grande, pero tenía algunos muebles y en medio había una mesa con varios papeles.

En uno de los muebles de los alrededores había una radio y se podía escuchar a la perfección como otras personas hablaban desde el otro lado.

Al fondo de este lugar había escaleras que llevaban hacia arriba.

En simples palabras, estaba en un bunker.

Sin embargo, a pesar de todo eso, su sonrisa brillo cuando vio a la perra que lo torturaba en el suelo y encima de algunos escombros del bunker.

"Ahora que lo pienso,mis balas son mucho más fuertes que una granada normal, ya que seria imposible para una romper  aunque sea una parte de un bunker."pensó muy feliz por dentro.

La mujer estaba inconsciente, así que Seren corrió los escombros que tenía encima para poder despertarla.

"Al fin puedo tener a esta maldita desgraciada frente a frente y con mi cuerpo en buen estado."

"Me voy a divertir mucho con esta mierda."

Dijo Seren en un tono serio y con una sonrisa que daba miedo.

-CONTINUARA-