—Entonces, ¿esto es lo que conseguiste cuando estabas en tu estado comatoso reciente? —Calleb se tocó la barbilla mientras contemplaba este asunto.
Raine asintió con la cabeza vigorosamente. —Genial, ¿no?
—Volvamos. —Torak se levantó mientras miraba a Raine. Serefina le había hablado de este asunto de antemano, pero todavía necesitaban ver cómo se desarrollaría este poder y cómo Raine lo controlaría.
No importa cuán poderosa pueda ser la habilidad de uno, pero si el dueño no podía adaptarse a ella, se convertiría en un búmeran algún día.
Calleb levantó ambos pulgares hacia Raine. —¡Genial! —exclamó y se acercó a Raine—. Oye, ¿puedes decirme cuándo conoceré a mi compañera?
Raine inclinó la cabeza mientras su expresión se transformaba en un ceño fruncido.
—¿Qué? ¿Qué es esa mirada tuya? —Calleb no pudo evitar fruncir el ceño también.
—No tienes una. —Raine dijo de repente, pero antes de que Calleb pudiera divagar sin parar al respecto, ella agregó:
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